el gemelo de Marco

prólogo

La vida en el Moby Dick tenía un ritmo peculiar. Caótica, ruidosa, peligrosa... pero también sorprendentemente constante. Había días tranquilos, en los que los miembros de la tripulación dormían bajo el sol o discutían por quién se había comido la última porción de carne. Y después, estaban días como ese.

—¡¿¡¿MARCO, TE TEÑISTE EL PELO?!?! —se escuchó gritar a Izo, escandalizado, desde la cubierta inferior.

El silencio que siguió a ese grito fue casi más ruidoso que el grito en sí. En menos de un minuto, media tripulación estaba mirando hacia el centro del barco, donde un joven de cabello negro, ropa oscura con toques rojos y expresión despreocupada se paseaba como si fuera uno más.

No tenía el símbolo de Shirohige en el pecho. Pero su rostro... era inconfundible.

—¿Qué demonios...? —susurró Vista.

—¿Marco? —preguntó uno de los reclutas más jóvenes.

Shirohige se levantó de su asiento, su enorme silueta proyectando sombra sobre todos.

—Tetsuo.

El nombre bastó para provocar más confusión.

—¿Tetsuo? —repitió Haruta—. ¿Quién carajo es Tetsuo?

Antes de que alguien pudiera responder, otra voz interrumpió.

—¿Qué está pasando ahora? —Ace apareció caminando con aire cansado, rascándose la cabeza. Recién despertaba de una siesta, todavía bostezando—. ¿Se volvió a incendiar la cocina?

Pero su bostezo quedó a medio camino cuando sus ojos se posaron en el recién llegado.

—...Marco?

El muchacho de cabello negro giró la cabeza hacia Ace, y por primera vez su expresión cambió. Se quedó viéndolo, de arriba abajo, sin decir palabra.

Y luego, sonrió.

—Oh. ¿Y este quién es?

—¿Eh?

—Bueno, bueno... No pensé encontrarme algo tan bonito en este barco.

—¿Perdón? —Ace retrocedió medio paso, frunciendo el ceño.

—No soy Marco, si eso te confundió —dijo el joven, guiñándole un ojo sin disimulo—. Me llamo Tetsuo. Soy su hermano gemelo.

Nadie dijo nada. Solo se escuchó el sonido lejano del viento sobre las velas.

Y luego, como si todos recuperaran el aliento al mismo tiempo...

—¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¡QUÉEEEEEEEEEEEEEEE?!??!?!?!?!?!??!?!?!??!??!?!?!?!?!?!?!?!?!?!??!?!?!??!?!?!?!?!?!??!?!?!?!?!?!?!??!!?!??!!?!?!?!??!!?!??!!

Una explosión de voces estalló al unísono. Algunos caían al suelo, otros reían como si fuera una broma muy elaborada. Solo Shirohige permanecía impasible, observando todo como si ya supiera lo que vendría.

En ese momento, una sombra azulada surcó el cielo. Marco descendió desde una de las torres más altas del barco en forma de fénix, aterrizando con elegancia entre Ace y Tetsuo.

Su expresión era tensa, los ojos clavados en su hermano.

—¿Qué estás haciendo aquí, Tetsuo?

—Vine a visitarte. ¿No te alegra verme?

—No.

—Tan frío como siempre.

—Marco —interrumpió Ace, cruzándose de brazos—. ¿Me vas a explicar qué está pasando?