Prólogo

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Todos alguna vez tienen milagros, todos y cada uno de ellos de diferentes maneras. Por ejemplo: ganar la copa mundial, encontrar la cura para el cáncer, o convertirse en multimillonario. En caso de Hyoudou Issei, podría considerarse algo como: viajar a la luna y gritarle al planeta "¡ESTE ES MI MUNDO, PERRAS!", otro podría ser darle la vuelta al mundo en 80 días, o descubrir un tesoro en la parte trasera de su casa.

Sin embargo, el milagro que mas anhelaba, era convertirse en el Rey del Harem. Un harem de las chicas mas bellas. De las onne-samas de grandes pechos, hasta las tiernas e inocentes de pechos promedio. Un milagro que todo hombre con las hormonas al tope desearía.

Toda esa clase de pensamientos, que alguna vez tuvo, desapareció el día de la visita de padres. Fue entonces que Issei la vio, una chica con vestido de chica mágica apareció repentinamente en el gimnasio de la escuela, realizaba un espectáculo a la vista de los alumnos masculinos.

Issei ignoró el vitoreo de la multitud y de Matsuda y Motohama. Si el fin del mundo comenzara hoy, era seguro que Issei lo ignoraría por completo solo para seguir viendo con cara de idiota a la chica bella de cabello negro y ojos azules.

Ese día que la vio, su corazón volvió a latir tan fuerte como nunca antes había latido por un amor, y es que vio el cielo azul en sus ojos. Hyoudou Issei se enamoró a primera vista de una chica mágica. Y desde aquel día, el milagro que quería tener, era poder estar junto a Serafall Sitri.

***

Hoy fue un día largo para Issei, su alarma no sonó por falta de baterías que no recuerda desde cuando no las cambió, sus padres salieron un poco mas temprano que de costumbre por trabajo y eso fue la razón por la que su madre no lo despertó como las veces anteriores que se queda dormido más de la cuenta. Su hora marcaba 7:50 am, por lo que tomar el desayuno no fue una opción y tuvo que conformarse con un pan tostado.

Al llegar a su salón de clases, el maestro ya había dado comienzo, y para empeorar las cosas, tocaba con el maestro estricto que no perdonaba ni una tardanza, por lo que Issei tuvo que esperar afuera hasta que él lo diga. Eso trajo burlas por parte de la mayoría de las mujeres que estaban más que felices porque "La Bestia Pervertida de Kuoh" recibió un castigo.

Para la siguiente clase, Issei tenía problemas para prestar atención a la clase de ecología por su falta de sueño, se culpó a si mismo por dormir tan tarde. Justo antes de cerrar los ojos y caer en el mundo de los sueños, la maestra le dio un golpe con un cuaderno enrollado y lo sacó fuera del aula, ganándose otra burla de las chicas.

En la hora de receso, no pudo comer nada de la cafetería ya que olvidó su dinero por salir apresurado. No tuvo mas remedio que ir a la azotea y esperar a que su hambre se le pasara.

Cuando por fin terminaron las clases, Issei recogió sus cosas y, antes de irse, la representante de la clase le dijo que era su turno de limpiar el aula. Issei se quedó a regañadientes, tardó alrededor de media hora en terminar de dejar impecable (a vista de Issei) el aula.

Y, por último, perdió el "piedra, papel o tijera".

—Issei, ¿estas escuchando?

Issei salió de sus pensamientos y miró a sus dos amigos. Matsuda y Motohama lo miraban impacientes.

—Eh... ¿de que hablaban? —preguntó Issei tontamente.

—Estas mas distraído que de costumbre —dijo Matsuda—. ¿Acaso estás pensando en tetas?

—Solo tuve un mal día —respondió cansado.

—Eso explica el porque llevas esa cara de mierda —dijo Motohama.

El camino del SekiryuuteiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora