02. Capítulo 2. Los comienzos

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Mickeyla 

Me levanto por el sonido de mi celular, estoy segura que olvidé ponerlo en silencio porque dentro del top 3 de cosas que odio es tener que levantarme por un sonido tan fuerte. Probablemente se preguntarán ¿y cómo haces con las alarmas? desarrollé un don llamado: me despierto con la vibración de mi teléfono. 

 — ¿Buenas? — contesto aun con los ojos cerrados. 

— Mickeyla Hernández, querida, espero no haberte molestado — miro la pantalla de mi teléfono asombrada por la voz que escucho y para asegurarme que sea la persona que creo que es. 

— Doctora Roberts, que placer escucharla — me levanto de camino al baño para lavarme la cara y despertarme bien — dígame, ¿Cómo puedo ayudarla?

— Oh linda, no quería decirte esto hasta que estuviera segura de que se podía llevar a cabo pero justo acaban de darme la noticia y necesitaba atraparte antes que otros — comenta riéndose. 

— Claro Doctora, dígame, no estoy comprendiendo bien —  no sé si es por mi poca capacidad de procesar en mis mañanas o porque de verdad la Doctora Roberts está intrigándome. 

— Cuando estuviste aquí tuviste un rendimiento que sobresalió entre todos tus compañeros y compañeras de clase, desde que hiciste la primera prueba supe que te quería en mi equipo y decidí emprender el sueño que siempre había postergado — hace una pausa — decidí ampliar la clínica a otras fronteras. 

— Doctora esa es una noticia fantástica, le agradezco por sus palabras — seguía sin comprender el motivo de su llamada. 

— Mickeyla, te quiero en mi equipo. Hice todas las consultas a mi pequeño equipo legal de confianza y nos queremos instalar en tu ciudad — las palabras resuenan en mi cabeza sin poder creerlo — inicialmente quiero que me ayudes con todos los trámites administrativos que requiere el proceso, no te preocupes, un miembro de la firma de abogados que contraté viajará hasta allá para que te pueda acompañar y guiar. Te enviaré los detalles de la contratación por escrito, inicialmente te contrataré como mi asistente personal y cuando todo esté listo serás parte de mi equipo como asistente en el proyecto de neuropsicología que pretendo desarrollar, cuando obtengas el título como psicóloga te daré uno de los puestos principales en el proyecto — termina. 

— Doctora, estoy muy sorprendida por su noticia — me miro al espejo sin poder creerlo y al dejar caer mi mano empujo mi bolsa de cuidado de la piel. Escucho que Olivia comienza a quejarse por mi ruido y le mando mi cepillo de dientes para que se de cuenta que estoy en llamada. 

— Revisa los términos del contrato, espero tu llamada al final de la tarde para saber que puedo contar contigo, toma en cuenta la diferencia de horarios querida — ríe por lo bajo. 

— Claro Doctora Roberts, me comunicaré con usted lo antes posible, hasta luego — corto la llamada. 

Olivia me mira con los ojos expectantes esperando a que comience a hablar. Ella sabe quién es la Doctora, la había admirado desde el primer momento que la conocí y no paré de hablar de ella con Olivia y mi madre. 

— Roberts me acaba de ofrecer empleo — sigo perpleja sin creer lo que sale de mi boca. 

— Oh no señorita, eso no pasará, no llevas ni veinticuatro horas aquí, es totalmente injusto que me separen de mi mejor amiga — corre hasta mis pies y abraza una de mis piernas como si fuera una niña pequeña. 

— Olivia — rio — el empleo será acá, en la ciudad— le muevo la cabeza para que me escuche. 

— No voy a permitirlo, me empacaré en tu malet...espera ¿qué?— me mira. 

El poder de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora