Capítulo O8.

689 88 14
                                    

Advertencias: Chan!Alfa x Felix!Omega. Temática de mafia. Smut. Narración de prostitución. Angst, drama, fluff, y un montón de otras cosas.

 Mírame en la piscina entre las ondas brillantes de color azul,

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

... Mírame en la piscina entre las ondas brillantes de color azul,

Sentado, bebiendo de tu vaso de vidrio negro...

Felix miró apáticamente el objeto entre sus manos, tratando de verse molesto y no asustado. Chan, frente a él, mantenía esa irritante expresión tranquila que muchas veces le daban ganas de borrar de un golpe.

—Chan—dijo.

—¿Sí?

—Esto debe ser una broma.

La tranquilidad se rompió, pero sólo por una sonrisa lenta que se extendió en el rostro del alfa. Ahora Felix realmente quería golpearlo.

—¿Bromear? ¿Por qué bromearía con algo tan serio como esto?

El omega apretó sus labios, su boca formando una fina línea tensa. Con lentitud volvió la vista a la pistola que sostenía y que Chan acababa de darle.

—Nunca he manejado una —dijo, y su voz tembló.

—Por supuesto —concedió Chan—, por eso hemos venido acá, para que aprendas.

Habían ido ese fin de semana a la parcela que el alfa tenía en las afueras de Seúl, un enorme campo de alrededor de cincuenta hectáreas, con su propia mansión, piscina, quincho... Incluso tenía algunos animales allí, especialmente caballos. En un inicio, Felix se preguntó el motivo de que Chan no viviera allí, pero tal vez era por lo lejos que se encontraba de la ciudad. Por lo mismo, no iban mucho a ese lugar, sólo para algunas ocasiones muy especiales. La primavera estaba comenzando y se trasladaron a un paraje dentro de la parcela, con el cielo apenas nublado y las flores cubriendo el camino. Ese día, además, se cumplían tres años desde que Felix conoció a Chan.

Si hubiera sido por Felix, él no lo habría celebrado, ¿no era demasiado romántico? Pero a Chan le gustaba hacer algo especial, y ¿Cómo podía decirle que no?

—Cuando me dijiste que me tenías un regalo —dijo el omega—, no pensé que te referías a esto. Creí que me llevarías a orillas del río para follarme.

La sonrisa del alfa se hizo más grande ahora por sus palabras.

—¿Orillas del río? —contestó—. Que poco romántico me consideras, Lix. Y no me distraigas, hoy empezarás a aprender a usar una pistola porque deberás ir siempre con una.

—No me gusta lo que implican esas palabras —Felix arrugó el ceño—, ¿me estás diciendo que no vas a cuidarme?

Sus palabras provocaron que el humor en el rostro de Chan desapareciera. No parecía enojado con él, sino más bien algo tenso.

Made in gold ♡ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora