Capítulo 11.

714 80 23
                                    

Advertencias: Chan!Alfa x Felix!Omega. Temática de mafia. Smut. Narración de prostitución. Angst, drama, fluff, y un montón de otras cosas.

 Y voy a las carreras, con mis cajas de bebidas dulces para acompañar el Bacardi,

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

... Y voy a las carreras, con mis cajas de bebidas dulces para acompañar el Bacardi,

Con él persiguiéndome por toda la ciudad...

El vuelo hacia París fue de poco más de dos horas y cuando llegaron, ya era más de medianoche. Fue un poco decepcionante en general, pues Felix gustaba de observar los paisajes desde la terminal hacia el hotel. Podía sonar tonto, sin embargo, era algo que le fascinaba en general, y ahora se pilló sólo con las luces nocturnas.

No había sido el plan original. Supuestamente iban a salir un poco más temprano, a eso de las seis de la tarde para llegar a las ocho y media, pero el vuelo sufrió un retraso y Chan se había puesto de mal humor con eso. Felix creía que no era tan importante, sólo un par de horas, sin embargo, luego recordó que el viaje no eran vacaciones, sino negocios. Negocios importantes. Y, quizás, Chan ya tenía un itinerario que seguir. Ante dicha situación, sólo se quedó callado.

El viaje al hotel fue principalmente en carretera, con pocos vehículos y un silencio sepulcral dentro del auto. Felix comenzó a sentirse un poco inquieto, no le gustaban esos silencios y le hacían sentir intimidado. Chan iba con su tableta, con los lentes puestos y el ceño fruncido en señal de concentración. Cerca de diez minutos después, Felix comenzó a ver los primeros edificios, que eran principalmente industrias y fábricas.

—¿Chan? —susurró, desviando su vista.

—¿Mmm? —Chan no levantó sus ojos.

—¿Sabes francés? —preguntó Felix con verdadera curiosidad, ya sin ser capaz de aguantar el silencio.

Oui, ma chère —contestó Chan con calma y Felix sintió un escalofrío recorriendo su espina dorsal—. Les bases de la conversation.

No sabía qué demonios había dicho (bueno, la primera palabra sí sabía, era una afirmación), pero como ocurrió con el italiano, su omega se retorció en señal de placer. Chan apagó la tableta y Felix se acercó a él, abrazándolo por el cuello para besarle en la boca.

—¿Tienes hambre? —preguntó Chan con preocupación.

—Un poco —aceptó Felix—. ¿Sabes también alemán y ruso?

Ja, natürlich —contestó Chan en alemán, y Felix gimió—. I drugikh yazykakh tozhe —añadió en ruso. Felix se sentó en las piernas de Chan.

—Debes estar inventándote todas esas palabras —acusó el omega para volver a besarle.

Sólo se alejó cuando Jeongin, desde los asientos delanteros, anunció que ya estaban en la ciudad. Ignorando el bulto contra su trasero, se bajó para mirar por la ventana mientras que Chan gruñía por lo bajo.

Made in gold ♡ chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora