Era difícil para Alya creer que vería a los asesinos de su madre mucho antes de lo que esperaba.
No sentía miedo sino curiosidad.
Indagó un poco en la gran biblioteca que habia en la casa de Artemisa. No sabia mucho acerca de los dioses a los que se enfrentaría. Ovidio le contaba historias sobre ellos pero no sabia si eran reales.
Ya que , al fin y al cabo, omitió mucha información valiosa.
Dicha biblioteca se encontraba a lado de la oficina de la Diosa.
Estaba tan concentrada en el libro que sostenía en sus manos cuando escucho a través de la ventana unos golpes y forcejeos.
Bajo la vista y vio a la Diosa Artemisa empuñando una espada afilada y dando grandes saltos en el aire. Sus aterrizajes eran mas que perfectos. Tanto que Alya quedo impresionada.
Tomo el libro y bajo donde ella.
— Entrenas ?.— Pregunto la Diosa al sentir su presencia.
— No. Yo no soy tan ágil.— Respondió la joven.
— Entonces ahora lo serás.— Con un gesto le pidió que se acercara y lo hizo.— Te enfrentaras a los enemigos que piensas vencer sin saber defenderte. Eso no es muy estratégico.
— Tal vez si uso su debilidad contra ellos me de una ventaja.
— Puede ser.— La interrumpió.— Pero eso no es suficiente.— La rodeo acechándola. Tomo otra espada y se la lanzó.— A lo largo de nuestra historia, el usar las debilidades del oponente en contra suya no es del todo efectivas. Debes ser mas lista , rápida y creativa.— La atacó. Alya logro frenar su ataque. Siguió atacándola un par de veces mas. Pero la defensa de Alya era muy débil. Tanto que termino hincada.
— Aun si hiciera todas esas cosas...— Dijo aun deteniendo la espada de la Diosa.— No soy lo suficientemente fuerte para vencerlos. Me destrozarían si llegara a parpadear.
— Cierto.— Sonrió con ironía.— Pero no necesitas fuerza cuando eres veloz.— En un movimiento , Alya se levanto y ataco a Artemisa en repetidas ocasiones. Pero cada uno solo le sirvió para que la Diosa los esquivara sin problema.
En cuanto Alya se descuidó, Artemisa la inmovilizó poniendo una daga en su cuello dejándola sin escapatoria.
La soltó lentamente para no hacerle un corte físico.
— Te enseñare todo eso y mas. Incluso a ser mas fuerte que uno de nosotros. Solo tienes que hacer todo lo que yo desee.— Alya se quedo en silencio pensando.— Claro. Si confías en mi. De otro modo no avanzaremos.— Artemisa se dio la vuelta para irse pero Alya la detuvo.
— Lo hago. Confío en ti.— Respondió segura de sí.
Artemisa esbozo lo que parecía ser una sonrisa.
— Entonces empecemos.
Durante toda la tarde y la mitad de la noche , Artemisa y Alya entrenaron. Una y otra vez.
Tanto que Alya recibió unos cortes y moretones de parte de su anfitriona.
La noche brillaba por las estrellas en el cielo y Alya las admiraba desde el balcón de la habitación donde habia estado durmiendo.
Unos pasos le hicieron saber que no estaba sola.
— Ouch!. Eso debe doler.— Exclamo Deimos al ver la muñeca de la joven vendada.— No suelo practicar con Artemisa , pero se ve... Doloroso.— Alya sonrió ante su comentario.
— Creo que en parte estoy aprendiendo sobre ella. Es increíble. Tardé en adaptarme con los humanos siendo una niña. Pero siento que aquí será diferente. Más por mi poder.
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MEDUSA: La Historia jamás contada.
Science-FictionLas apariencias quedan en claro que son mas que engañosas. Los Dioses proclamados perfectos por la humanidad no siempre lo fueron. Se vieron como "Héroes" pero nunca imaginaron la oscuridad que ocasionaron dichos eventos. Jamás imaginaron que sus ac...