ᴏɴᴇ sʜᴏᴛ's ᴅᴇ ᴍᴄ [ʟᴇᴇʀ ᴅᴇsᴄʀɪᴘᴄɪᴏɴ]

➢𝘿𝙚𝙞𝙢𝙤𝙨

🚬 Unos cigarros 🚬

Pov narradora:
Sus ojos estaban completamente abiertos por esas 4 tazas de cafés que había tomado, miraba hacia el reloj y veía que recién eran las 2 a.m lo cual se sentía como si no pasaba más el tiempo, se siente realmente agotada y sin ánimos. Él/ella no estaría ahí si hubiera decidido hacer un reporte de Miami.

Es reportero/reportera, estaba en Nevada por el gran caos que estaba haciendo el famoso Hank J. Wimbleton, hasta que no tuviera el reporte hecho, no le pagarían. Eso la/lo llevo a buscarse un trabajo que al menos pueda pagar la renta del departamento, es duro estar toda la noche trabajando, tener dos horas para dormir y después salir a buscar más testimonios y información de aquel peligroso hombre, al igual que los compañeros del mercenario.

Estaba tan concentrada/o en sus pensamientos que ni si quiera levanto la cabeza cuando la puerta se abrió.

— Buenas noches... — Saluda con la cabeza agachada, sin importarle quién estuviera con ella/él.

Los pasos se hicieron presente, los cuales empezaron a pasear por cada pasillo con destino a las heladeras. Cuando por fin cayó en cuenta, su mirada se dirigió a una gran figura con una gorra y un auricular en el oído, hizo que su curiosidad aumentará con cada segundo, quería verle la cara.

Aquella figura agarra un pack de cervezas para luego dirigirse hacia los estantes de los snacks, en ese momento pudo verlo de perfil, cosa que le pareció muy lindo, nariz puntiaguda, ojos grises, los cuales hacían contraste con su cabello un poco largo, tenía vendas en las manos, una de las cosas que destacaban son las hermosas pestañas largas y arqueadas que tiene.

Se quedó tan impresionado/a con ese chico que no se dio cuenta de que se estaba acercando hacia la caja.

— Unos cigarros — La voz del chico la/lo sacó de su trance, haciendo que caiga en cuenta de que se encontraba frente a sus narices.

— E-eh... Claro, ¿Cuáles quieres? — Se siente avergonzada/do de que se diera cuenta que lo estaba mirando, un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas, pero intenta evitarlo.

Aquel chico sonríe por ese acto, pero no dijo nada y simplemente le respondió:

— Los Manchester — Le contestaba mientras dejaba las cervezas y snacks en el mostrador para pagarlos.

Ella/él mueve la cabeza en forma positiva, agarrando los cigarrillos y empezar a cobrarle.

— Serían $180,50 — Lo mira directamente a los ojos, empezando a guardar los snacks y cigarros en una bolsita mientras el chico sacaba lo justo y necesario, dejándolo en el mostrador para guardar la billetera en la chaqueta, agarrando la bolsa y el pack de cervezas.

Se sentía vergüenza de él/ella misma/o por el hecho de que no estaba arreglado/a, su cabello estaba hecho un desastre y tenía ojeras. Pero al chico no le importaba, antes de caminar hacia la puerta, gira la cabeza mirándola/lo, finalmente diciendo:

— Buenas noches, lindura — Le guiña el ojo mientras le mostraba una sonrisa.

Así finalizó la compra de ese chico, el cual salió por aquella puerta de cristal, dejándolo/a con el corazón derretido y un desastre rojo en el rostro.