Capítulo III: Aldebarán de Tauro

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Capítulo III: Aldebarán de Tauro

Ya en el templo de Tauro los caballeros de bronce no lograban encontrar al guardián de la casa de Tauro...

- Qué raro, ¿acaso no hay nadie aquí?-preguntaba Seiya un tanto desairado.

- No te precipites Seiya, todo puede ocurrir-declaró Shiryu buscando calmar a su amigo.

- Sí Seiya, mi cadena me muestra que hay alguien aquí-añadió Shun haciendo una muestra de ¿por qué después de todo sí es útil llevarlo?

- Pues yo no veo a nadie, así que puedes amarrarte la cadena en donde no te pega el sol-respondió Seiya con molestia.

- Si quieres yo te la amarro-declaró Hyoga guiñándole un ojo al caballero de Andrómeda.

- ¡Hyoga!-reclamó Shun.

- ¿Adónde creen que van?-Cuestionó Aldebarán de Tauro haciendo su gran introducción.

- Oh...-exclamaron los caballeros de bronce al unísono.

- Por los dioses, es enorme-Exclamó Shun sintiendo que su cosmo ardía en su interior.

Hyoga se mordió el labio inferior y dijo: -Sí...

- Somos los guerreros de Athena que luchan por el amor y la justicia-declaró el pegaso buscando presentarse ante el gran toro.

- Seiya... esa es de otra serie-aclaró el dragón buscando ahorrarse un nuevo ridículo de su compañero.

- ¿Ah sí?... perdón-se disculpó el pegaso.

- ¿Qué?-cuestionó el toro confundido.

- Yo, Andrómeda Shun te castigaré en el nombre de...-bailaba un emocionado Shun.

- NO LO DIGAS, NO LO DIGAS-exigía el dragón.

- Puedo aplastarlos con un solo dedo-declaró Aldebarán.

- Ya lo creo-dijo Hyoga relamiéndose los labios.

- ¿Qué?-preguntó el toro.

- ¡Aplástame a mi primero!, ¿sí?-suplicó el cisne.

- IDIOTAS-reclamó un Aldebarán que sentía que se burlaban de su orgullo.

- Hemos venido hasta aquí por una invitación-explicó el dragón.

- Que decía claramente: "vengan sin la perra"-reclamó el guardián de la casa de Tauro.

- Sí, esa-añadió Shun.

- ¿No saben leer?

- ¿Qué perra?-cuestionó Seiya.

- Tu diosa-explicó el toro.

- Pues también la tuya-reclamó Seiya.

- Ni la conoces, ahora que lo digo, yo tampoco la conozco-aclaró Aldebarán.

- Porque vive con nosotros-se quejó Seiya.

- ¡Tu abuela!

- Tu diosa-discutió Seiya.

- Digo, no digas tonterías-Aldebarán recuperó la compostura.

- Bueno ya, ¿nos vas a dejar pasar?-preguntó el dragón.

- Pero qué se han creído, vienen aquí desobedeciendo nuestras ordenes y quieren pasar, ¿Qué más van a querer?, ¿pastel con fresas?

- ¿Tienes?-cuestionó Seiya.

Las 12 casas, la verdadera historia...[YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora