Lamento tener que hacerte esto...
Yo no quería esto para los dos!!! Solamente quería que fueras feliz en esta vida!!! Pero te prometo que te haré feliz ~En otra vida~
Volvemos a dónde nos quedamos justo cuando Kyojuro y Ryuga tenían una plática en la finca de la llama y Ryuga está pensando sobre si contarle sobre Mukago a el pilar
El ambiente estaba algo tenso así que a él pelidorado se le ocurrió una manera para tratar de romper la tensión entre ambos
-Muy bien... Entiendo si no quieres hablar... Debe de ser algo personal asi que no me meteré en tus asuntos...
-Gracias Kyojuro...
-Hermano!
El pequeño Senjuro llegó a la habitación donde el peliblanco y el pelidorado se encontraban para al momento de ver a su hermano mayor abrazar a este fuertemente, gesto correspondido por el pilar
-Me alegra que hayas regresado!
-Senjuro no es para tanto, solo fui a una reunión con los demás pilares
-...
-Ya lo sé pero siempre es bueno ver qué regresas sano y salvo
Los hermanos Rengoku seguían hablando mientras Ryuga parecía pensativo a la vez que melancólico
-(Himiko... Mukago...)
Flashback
Ryuga se encontraba viviendo a su casa después de una misión que le había tomado una semana entera en completar, al volver a su casa noto como sus padres no se encontraban en el lugar, al subir a su cuarto, encontró a su novia, Himiko, recostada en su cama mientras dormía pacíficamente, la chica también tenía indicios de que había estado llorando
-Ryuga... *Sollozando* vuelve... Por favor
Ryuga estaba preocupado, si así se encontraba Himiko, ¿Cómo estarían sus padres?
Ryuga se acercó a Himiko después de dejar su espada en el suelo, una vez estuvo a un lado de su cama, este cuidadosamente se escabullo dentro de la cama para abrazar por la espalda a Himiko la cual despertó al instante y al notar el abrazo de el peliblanco, lo abrazo con todas sus fuerzas mientras lloraba de felicidad
-Ryuga! *llora* Ryuga!
-Lamento hablar tardado tanto... Se me complicaron las cosas con una tormenta jeje
-...
La menor de los Ishikawa permanecía llorando mientras abrazaba al menor de los Nagano dando lugar a una tierna escena
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