Raros Predestinados | •JenKook;젠국•

capítulo 5-.

"¿Cuándo?"
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• Jennie •

La alfa pelinegra caminaba por los solitarios pasillos de la universidad dirigiéndose a los baños. Seguía pensando en lo que pasó el día anterior pero Soyeon le recalcaba que no era nada, que seguro se le pasaría en un día o dos.

Tal vez tenía razón. Ese sentimiento no tenía otra explicación más que "su pareja destinada" pero hasta el momento ella no conocía a esa Omega que tanto le reclamaba su lobo.

Decidió dejarlo pasar y seguir concentrándose en la escuela, la temporada de exámenes estaba por llegar y lo único que a sus amigas les importaba era que ella consiguiera pareja.
Tal vez su destino no era conseguir pareja. Tal vez no en ese momento.

Dejó sus pensamientos de lado cuando un aroma a chocolate de leche le llegó a las fosas nasales, haciendo brincar a su lobo. Miró a su alrededor para toparse con el Omega de la noche anterior, acompañado de otro Omega rubio y dirigiéndose a la cafetería.

Los siguió con la mirada, pero nada más.

Síguelo.

"No. Tenemos que ir al baño, recuérdalo."

Le contestó a su lobo y siguió su camino, ignorando por completo los chillidos del canino.

[...]

- Sólo es una casualidad, Jennie. ¿En serio crees que un chico es tu Omega? - Preguntó Soyeon a la mencionada. Esta ya le había contado lo del pequeño omega pero se negaba a creerle. - No es una historia de amor donde los polos opuestos se atraen. Deja de pensar en eso. -

- Es que no lo sé. - Dudó.

- Deja de mortificarte por eso ya. Sí, tu cita con Lisa no funcionó, pero no por eso vas a abrirle los brazos al primer omega que se te cruce por el camino.- Le reclamó mientras le daba un bocado a su kimchi. - Luego te consigo una cita, por lo mientras, come algo. -

Jennie solamente se limitó a asentir mientras miraba atentamente a Soyeon.

"Que difícil es esto de los predestinados..."

Tú lo quieres hacer difícil.

Volteó los ojos ante la respuesta de su lobo. Claro, él sabía quien era su omega, pero claramente no le podía decir hasta que lo encontrara. Cosas del universo, tal vez del destino.
Volteó a ver su desayuno por un momento, pensando en eso hasta que una omega se le acercó de repente.

- Hola.- Saludó la Omega con una linda sonrisa en el rostro.

• Jungkook •

Los omegas se encontraban comiendo en las canchas de baloncesto, a petición de Jimin, y hablando de quién podría ser el alfa del rubio.
Jungkook solo lo miraba con aburrimiento, pensando en el por qué su amigo se enfocaba tanto en encontrar un alfa, no era algo que él no quisiera, siempre había soñado con encontrar a ese alfa ideal que lo hiciera sentir especial, pero ese ahora no era su objetivo.

Su meta ahora solo era pasar el semestre.

- Tal vez sea...

-Mimi, ¿Por qué te enfocas tanto en conseguir una pareja?- Le pregunta el Omega castaño a su acompañante

- Pues... No lo sé, me siento algo solo y necesito afecto de alfa

-¿Afecto de alfa?

-Sii, tú aún no lo entiendes porque eres muy inocente, pero mira, tengo tu afecto y el de mis madres, pero aún así no llego a sentirme tan querido como me gustaría. Necesito a alguien. A un alfa

- Creo que si estás tan necesitado no vas a llegar a encontrar a tu destinado, tal vez solo encuentres a alguien que quiera jugar contigo y yo no quiero eso, Mimi.

-Me gusta hacerme la idea de que mi alfa está por aquí, esperando a que lo encuentre. ¡Y mira! Justo aquí siento un aroma que hace a mi lobo feliz, entonces debe ser uno de eso que juega básquet.

El rubio quitó su mirada de Jungkook, para posarla sobre aquellos chicos que se dedicaban a pasarse y quitarse el balón.
En eso, el balón sale volando a dónde se encuentran ambos omegas, deteniéndose justo en los pies de Jimin.

-¡Bola!- Grita un chico pelimenta, no tan alto, complexión media y cara de gatito.

Jimin se queda estático un momento, mientras Jungkook lo ve con una expresión rara en su cara.

¿Qué le sucedía a su amigo?

Con un poco de timidez Jimin le pasa el balón de mano a mano a aquel chico, este le agradece con una bonita sonrisa y se quedan viendo un par de minutos.

-¿Cómo te llamas?- Le pregunta el pelimenta

- Soy Jimin - Le dice apenas el Omega, sin dejar de hacer contacto visual -¿Tú?

-Soy Yoongi... ¿Tienes instatram?

Jungkook se quedó viendo algo incómodo la situación, parecía que su amigo había por fin encontrado a alguien, entonces lo único que hizo fue despedirse se él con una palmada en los brazos, pero Jimin nunca se percató de esto por lo embobado que se encontraba gracias a aquel alfa de nombre Yoongi.

Salió de las canchas de básquetbol y fue sin dirección alguna, dejando que el viento lo guiara.

No lo malentiendan, a Jungkook le hacía muy feliz que Jimin tuviera un interés romántico y todo eso que pasó en canchas, pero se preguntaba cuándo le iba a tocar a él, cuándo iba a llegar su destinado.

Le ponía un poco celoso, sí. Él también quería vivir eso.

¿Cuándo le iba a tocar a él?