capitulo 3

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Foto del vestido arriba

Gael moretti

Luego de cerrar el negocio de armas con los compradores rusos, me levanto de mi asiento, con mi vaso y me coloco al lado de mi hermano, en total silencio, ya que no es mucho de hablar, a mirar atraves del cristal, todo la gente, que esta disfrutando en el club.

Los rusos aún permanecen sentados tomando vodka y hablando entre sí, mientras comparten.

A pesar de que mi hermano sea el encargado de las armas en la mafia, yo soy el que cierro los negocios y de ahí en adelante el continúa, con lo suyo.

Después de un considerable tiempo, solo tomando tragos al lado de mi hermano, algo llama mi atención o más bien alguien, una chica de cabello negro y cuerpo esbelto, con un vestido negro ceñido a su cuerpo, que le marca más sus atributos esta a mitad de la pista moviendo la cintura al son de la música, de una manera sensual y atrevida, que tiene a mayoría de los chicos del lugar envelesado, esta con una chica rubia, la cual se aleja y le dice algo a un chico que se va acercando a la pelinegra.

Mi hermano hace un buen rato que se fue tiene un viaje de algunos meses y parte mañana a primera hora, por lo cual se marchó sin mi, cosa que rara vez hace.

Sigo observando a la pelinegra bailar, hasta que veo el chico acercarcele por la espalda en inyectarle algo, que hace que se desvanezca, pero nadie se da cuenta ya que agarra la chica de manera, que parece un abrazo íntimo.

Yaroslav. Hermano ya viene mi mercancía de mi primer negocio.

Dice el ruso levantándose del asiento, arreglandose el saco, con una sonrisa de oreja a oreja, le hace una seña al de la puerta, para que la abra. Cuando lo hace observo como el mismo chico de abajo entra con la pelinegra, en brazos.

Le pasa la chica como si fuera un trapo al ruso, el cual la empieza a manosear, con su cara asquerosa de perversión, mientra brinda por obtener su nueva mercancía.

La chica esta acostada en su regazo, con las piernas recta estendidas en el mueble, es una chica, con un buen físico, y una carita de ángel que a cualquiera llama a pecar, me tiene prendado, de una manera obsesiva.

"Ella debe ser mía"

Gael. ¿Cuánto quieres por ella?

No se lo que estoy haciendo, pero la quiero, para mi.

El ruso se me queda mirando pensando que es un chiste.

Gael. No te repetiré lo mismo

Yaroslav. No esperaba eso de ti, pero debo probar la mercancía antes de venderla.

Dice mientras la sigue acariciando de manera descarada, frente a mi.

Gael. Soy un hombre muy persistente y lo que quiero lo obtengo de una manera u otra, solo trato de ser venevolente, ya que no quiero empezar una guerra, por algo que se puede solucionar, la quiero a ella, sin que la toques, o aquí va a correr sangre, así que te sugiero que vayas quitandole las manos de encima.

Digo mientras me acerco adonde están, encendiendo un cigarro, y moviendo mi trago.

Yaroslav. ¿Me estas amenazando?

Gael. No amenazó, solo advierto y como no quieres cerrar el negocio, de todos modos me la quedo.

Yaroslav. No te la quedaras, esa mercancía la compre yo y por tanto, me pertenece.

Dejo el trago en la mesilla, saco mi pistola de atrás de mi cintura y le disparo en la mano derecha, que aún sigue tocando a la pelinegra, no se que me pasa, pero algo me impulsa a quererla para mí.

Sus hombre igual que su hermano, se levantan de inmediato apuntandome.

Tomo la chica de sus brazos, a pesar de que se este revolcándo de dolor, como lo que es una vil rata asquerosa. Me dispongo a irme pero antes de.

Gael. Espero que entiendan que conmigo no se juega y a partir de ahora no hay trato con ustedes.

Vladimir. Disculpa a mi hermano señor moretti, algunas veces es un poco caprichoso.

Dice tratando de apaciguar las cosas un poco, a la vez que hace seña a sus hombres, para que bajen las armas.

No le preste atención y me dirijo a la salida, con la chica en brazos.

Atada a tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora