Lastima y Empatia (Gohan x Androide 18)

Capitulo 2

Dieciocho se quedó mirando el paisaje urbano en ruinas. Los gemelos habían hecho un número en una metrópolis que alguna vez fue bulliciosa, y ahora, había pocos sobrevivientes, si es que había alguno. No estaban compitiendo por puntos, por lo que no era divertido matar a los pocos sobrevivientes desalinizados.

Diecisiete había encontrado un auto y ahora estaba en un viaje de placer a alguna parte. Era una gran ciudad, y Dieciocho podía deambular por las calles desiertas sin ser molestada por el alboroto de su hermano. Se sintió extrañamente tranquilo, moverse por la ciudad sin ningún tipo de contaminación acústica. Sin embargo, esa paz finalmente se hizo añicos por el sonido del llanto.

La cyborg arrugó la nariz con molestia mientras rastreaba el sonido hasta un almacén cercano. Al entrar, encontré a un hombre llorando sobre el cuerpo de una niña. Dieciocho levantó una ceja ante su peculiar comportamiento.

¿Qué está haciendo ese tonto? Fácilmente podría escapar... la chica está muerta; ¿Ella ya no le sirve? ¿Por qué está perdiendo el tiempo llorando por ella?

Ella perfora su mano hacia el hombre inconsciente. "Estúpido humano", murmuró antes de criticarlo.

Caminando hacia el cuerpo sin vida de la niña, Dieciocho lo miró con disgusto. "¿Qué tienes de especial de todos modos? ¿Por qué estaba tan molesto contigo?" Sabía que no habría respuesta y pateó el cuerpo con frustración. "Estúpida".

"Oye, Dieciocho, ¿por qué no nos vamos a casa?", dijo Diecisiete mientras entraba al almacén. Luego notó a la niña y los restos carbonizados del hombre y levantó una ceja. "Divirtiéndome, ya veo".

"Nah, es aburrido. Me estoy aburriendo ahora. Vámonos a casa". Pasó junto a su hermano sin mirarlo de reojo. Pronto estuvo detrás de ella cuando despegó y se dirigió a las montañas. Sin embargo, recordó que tenía que controlar a Gohan. "Oye, Seventeen, ¿por qué no te vas a casa? Tengo ganas de pasar un rato a solas".

"No me importa", respondió Diecisiete. "Pero, ¿qué pasa? Has estado haciendo eso mucho durante las últimas semanas desde que matamos a Gohan". Luego, una bombilla se encendió en su mente cuando sus labios se curvaron en una sonrisa astuta. "Oh Dieciocho, ¿por qué no me dijiste que estabas enamorado de él?"

"¿What?" Se detuvo en medio del vuelo y se volvió para mirarlo. "¿Qué diablos te dio esa idea?"

Diecisiete se encogió de hombros, pero mantuvo su sonrisa burlona. "¿Qué más explicaría tu comportamiento diferente? Quieres un tiempo a solas extraña porques a Gohan, ¿no? Estás molesto porque ya no tenemos nuestro juguete favorito para jugar, ¿verdad?"

Dieciocho le devolvió la sonrisa. "Ni siquiera cerca de Seventeen. Ahora que ya no necesito cuidarte con Gohan corriendo por ahí, creo que puedo hacer lo que quiero, hermanito".

Además, ¿por qué lo extrañaría cuando lo veo todos los días?

Diecisiete hizo un puchero. "Vamos Dieciocho, sabes que maté a Gohan por mi cuenta sin tu ayuda. Solo me estaba conteniendo esas otras veces". Ambos compartieron una risa rápida antes de que Seventeen pasara flotando junto a ella. "Me iré a casa ahora, y puedes hablar de 'Gohan'". Él salió corriendo antes de que ella pudiera replicar.

Dieciocho se colocó el cabello detrás de la oreja izquierda antes de dirigirse a la celda de la cárcel de Gohan. Estaba ansiosa por satisfacer su curiosidad sobre otra emoción humana, la tristeza. Le resultaba inconcebible por qué alguien perdería el tiempo llorando por un niño muerto. Llorar no traería de vuelta a la persona y la hacía vulnerable. ¿Cuál era el punto de la tristeza? Con suerte, Gohan tendría las respuestas.

Pronto, llegó a la cueva y una vez dentro, se dirigió a la cocina y comenzó a preparar la comida. Gohan seguramente tendría hambre, y este sería su primer desayuno en la semana. Ella no estaba particularmente interesada en cocinar, y no iba a romperse la espalda para hacerle una comida especial. En su lugar, optó por preparar un simple plato de cereal y un vaso de agua para mantenerlo hidratado.