Querido Loki

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Mi relación con Loki mejoró bastante. Ya no peleábamos como antes, no discutíamos hasta que Frigga u Odin nos mandaran a nuestros apocentos por discutir.
Todos comentaban que ahora estábamos demasiado juntos, unos decían que por fin encontramos la hermandad en nuestros corazones, otros decían que estábamos en un romance a escondidas, haciéndolo parecer una amistad.
De ambos rumores, sólo uno tenía una muy minúscula razón, y es que estoy sintiendo algo más por Loki. Mucho más que una amistad. Aunque yo temía decirle, ya que no era seguro que él sintiera lo mismo por mi.

Todo el tiempo hemos estado así y hoy se cumple un mes de reconciliarnos. No creo que hagamos algo en especial, sólo somos amigos.
Decidí no pensar mas en eso, me concentre en revisar los regalos que mis pretendientes habían enviado.
Uno de ellos era un baúl de oro -aparentemente- grande incrustado con joyas. Estaba muy pesado por el precioso metal y el peso de las joyas.
Otro era una caja de madera perfectamente decorada, ésta era mas pequeña. Sabia perfectamente de quién era éste.
Había una espada guardada en su vaina de cuero, la cual, tenia escrito mi nombre en letras doradas; saqué la espada de su vaina y la comencé a analizar. Era un poco mas alta que yo, el mango era dorado y en la hoja plateada tenia una inscripción que decía ''Valentía y honor''.
Y había un último presente aun más pequeño pero de verdad poderoso: un frasco de vidrio rosado, lleno de un perfume cuyo olor tenia la capacidad de durar un mes entero.
Muchas damas Asgardianas lucharían por tener uno de éstos en sus manos, pero eran de verdad costosos.
En seguida me dirigí a revisar lo del baúl de oro con joyas, desabroche el seguro que tenía hasta el frente y levanté la tapa cuidadosamente. Adentro había varios vestidos y en la parte inferior de la tapa, había una nota que decía:
"Cinco vestidos dignos de una hermosa princesa
Espero te sean de agrado.
Con amor, Asmund."
Sonreí al leer su nota. La dejé de lado y comencé a ver los cinco vestidos que había enviado Asmund, para mi.
Era uno de un color distinto, así también como un diseño distinto. Rosa, azul, dorado, lavanda y naranja.
No me concentre tanto en los diseños, ya que quería terminar pronto, así que los guardé todos en el baúl y lo volví a cerrar.
Tomé la pequeña caja que sabia que Olaff me había enviado, levanté el pequeño broche de la caja y en seguida levanté la tapa de la pequeña caja. Adentro había collares, anillos, zarcillos, diademas y una hermosa peineta plateada con tres flores que yo reconocí muy bien al instante: peonías blancas. La aprecié unos instantes y me la coloqué en mi cabello desordenado. Justo en ese instante, fue cuando tocaron la puerta. Me sobresalté un poco, ya que yo estaba distraída en mis pensamientos.

-Pase -dije sin antes preguntar por quién venia de visita.
-Hola, Peonía -su voz me trajo tanta tranquilidad, y me hizo sonreír inconscientemente con tan sólo escucharla.
-Hola, Loki -lo miré, venia con las manos escondidas en su espalda, caminando elegantemente como siempre lo hacía. Mirándome tiernamente como nunca lo había hecho antes. Me dieron unas tremendas ganas de abrazarlo y llenarlo de besos. Pero sabia que debía contenerme. No podía permitirme hacer eso, no mientras no esté segura al cien por ciento de lo que siento por él, y mucho menos, si no estoy al cien por ciento segura de lo que él sienta por mi.
-¿Cómo te encuentras? -se sentó a un lado mio en un taburete junto a una silla frente a mi tocador. Yo me levanté de mi cama y me senté en ésa silla junto a él.
-Bien, -sonrei- ¿y tú? No te había visto en todo el día.
-Me encuentro bien, gracias -me sonrió y depositó un beso en mi mejilla.- Me encontraba fuera de Asgard en busca de algo.
-¿Qué cosa? -Él sonrió de manera tímida y tomó mis manos con delicadeza. Parecía que quería decirme algo importante.
-Bien -dijo y tomó una bocanada de aire para tener mas confianza en sí mismo.- Fui a Jotunheim en busca de...
-¿Jotunheim? -lo interrumpí asustada. Él tal vez sea de Jotunheim, pero aún así es peligroso hasta para él.
-Tranquila, pequeña, -intentó calmarme- no sufrí mas que unos cuantos rasguños.
-Dejame ver tus heridas, puedo sanarlas.
-Peonia, no es muy grave, mantén la calma.
-Titubeaste, Loki...

Hice una pausa de varios minutos para quitarle su armadura hasta dejar su torso desnudo. Tenía rasguñones fuertes en los brazos y el pecho, así como también en su espalda y cintura.
Abrí mis ojos como dos platos, dando una mirada acusadora a Loki por presentar tremendos rasguños. Él me miraba como un niño regañado, e inmediatamente me compadeci de él. Algo había en su mirada que me hacía vulnerable emocionalmente.

-Recuestate en la cama, voy a sanar tus heridas -dije autoritaria, nunca antes había hablado tan pero tan en serio.
-Pero...
-Recuestate.

No lo dejé seguir e inmediatamente obedeció. Se recostó en la cama y yo fui por paños húmedos para limpiar la sangre seca en su piel. Ambos nos quedamos en silencio, a excepción de los quejidos de Loki y mis consuelos para calmarlo. Y cuando logré limpiarlo completamente, le hice vendajes donde tenia las heridas mas feas.
La tetera que tenia a lado de mi cama aun estaba cálida y le serviv del té que había en ella. Se sentó en la cama y comenzo a beberlo. Yo me serví un poco mas del que ya tenía en mi tasa y bebí junto con él.

-¿Para qué fuiste a Jotunheim? -lo mire preocupada y curiosa a la vez por saber qué había hecho ahí.
-Fui a buscar una piedra, -me miró- una piedra preciosa que se encuentra sólo ahí.
-¿Por qué la quieres? Tienes muchas más, no creo que necesites otra -di un sorbo a mi té y limpie mis labios con un pañito que tenia al lado.
-No la quiero para mi, -se oía muy seguro de lo que decía- de hecho, es para alguien muy especial para mi. Es para una bella dama que conozco -por un instante pensé que se trataba de mi, luego pensé en Frigga, y lo ultimo que vino a mi mente fue Amora... Odiaría demasiado que Loki intentara volver a su lado sabiendo bien que ella se haría del rogar y lo volvería a mandar al infierno... hablando en sentido figurado.
-Genial, -dije un poco demacrada emocionalmente- me imagino que, quien quiera que sea, la recibirá muy bien viniendo de tu parte.
-¿Qué tal si no? -su mirada era ahora melancolica- Ella tiene muchos pretendientes, y todos son muy guapos -se volteó y ahora decia con una expresión de desagrado en su rostro, y en seguida me miró, de nuevo, con una expresión de melancolía- ¿Y si ella prefiere a uno de sus pretendientes?
-Sólo una idiota te despreciaria...
-Si lo hace es por una razón, la mas obvia de todas.
-No veo cuál es ésa razón, si estuviera en el lugar de esa mujer.
-Porque siempre he sido un hombre malo, un mentiroso... -tomo aire y desvió su ,mirada- Porque nadie confiaría en mi, -su mirada volvió a mi. Había un gran dolor en su mirada, en verdad sufría por esa chica- porque soy el monstruo del cual, los padres hablan a sus hijos en la noche... porque soy el dios del engaño...
-Loki, ya basta -no lo dejé seguir, ya que me molesté con él por su pesimismo.- Si yo fuese esa mujer no despreciaría a un hombre tan bueno como tú... -de pronto sentí las lágrimas saliendo de mis ojos... ¿Qué? ¿Estaba llorando de verdad?- esas personas no saben lo que hay detrás de tu apariencia de villano... no quieren ver lo hermoso que puedes ser... y si ella no te acepta pues al demonio, hay más mujeres en todos los nueve mundos.
-¿De verdad lo crees? -se escuchó esperanzado y aun melancólico- ¿Ella me aceptaría aun con mis enormes defectos?
-Si una persona de verdad te ama -tome su mano de forma consoladora- te va a aceptar con todos tus defectos -aprete su mano fuertemente, dándole a entender de manera indirecta, que yo quería ser ese alguien- aunque sean los mas oscuros y profundos como un abismo -concluí.

Sweet little Peonie (Loki Laufeyson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora