Como cada día, volví a pasar por aquel parque donde nos vimos por última vez, sinatreverme a llegar, contemplando a lo lejosla banca donde el atardecer se apoderó denosotros y nos perdimos del mundo por unmomento.
Sin saber que sería la primera y la última vez que estaríamos ahí, preguntándome si habría cambiado algo de saber en ese momentolo que sucedería cuando nos marcháramos deahí, creyendo torpemente que todo pudo serdiferente, que pudimos ser más de lo queestábamos destinados a ser.
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De corazones rotos y otros males
PoesíaDe corazones rotos y otros males peores esta lleno el mundo, pero solo los que realmente han sido bendecidos y torturados con el sentir "demasiado", han sido capaces de dejarlos plasmados en arte, uno que sigue alimentando la idea del amor, lo cual...