cinco, celos

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─── CELOS
(⌗ ♥︎! ) 一 el verano en que me enamore

─── CELOS(⌗ ♥︎! ) 一 el verano en que me enamore ❜

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         Para los adolescentes y jóvenes que pasan los veranos en la playa de Cousins o viven ahí todo el año, el verano no empieza hasta la noche de la fogata. Esa noche, se reunían en torno a una fogata y se reencontraban con gente a la que no habían visto en un año. Era una forma de dar la bienvenida a todos de vuelta al pueblo o, para los recién llegados, una oportunidad de conocer gente.

Conrad Fisher fue a su primera fogata cuando tenía quince años. Una chica guapa cuya familia alquilaba la casa de al lado lo invitó, y fueron juntos. Steven y Jeremiah se le unieron al año siguiente. Así empezó la tradición de los chicos. Dejaban a un lado el maratón de películas de la primera noche con las madres y Belly para ir a la fogata.

Este año, después de un muy ¿extraño? ¿Inesperado? - Avery no sabe cómo describirlo, la cena, en la que Susannah les entregó a ella y a Belly invitaciones para ser debutantes en el baile de debutantes del club local; los chicos la invitaron a ir con ellos antes de que las madres tuvieran la oportunidad de pedirle que se quedara a la noche de cine.

Les dijo que sí. Ir significaba formar parte de una de las tradiciones de los chicos y entrar a formar parte de su grupo, y no pensaba dejar pasar esa oportunidad. - Además, le había dicho a Conrad que quería ir a fiestas este verano. Así que, después de acordar a qué hora se irían, se fue a su habitación a cambiarse.

En cuanto cerró la puerta, tiró la única prenda de la que había querido deshacerse en las últimas horas. La sudadera de Conrad. La misma sudadera con capucha que él subió corriendo las escaleras y luego le regaló delante de los Conklin.

Siempre compartían la ropa, pero ésta había sido la primera vez que hizo que Avery se sintiera incómoda. Tal vez fuera por los celos que le habían estado dando vueltas en la cabeza o por la forma en que Belly no dejaba de mirarla desde que Conrad dijo que era su sudadera con capucha cuando se la dio.

Avery odiaba notar cómo se le iluminaba la cara a Belly cada vez que miraba a Conrad y lo celosa que eso la hacía sentir. Odiaba saber que no dejaba de mirar a Belly, como solían mirarla las chicas de la escuela.

Avery siempre había querido hacerse amiga de la chica más joven. Sí, siempre había envidiado que ella y su familia tuvieran la suya durante el verano, pero eso no significaba que no le gustara la chica. Siempre había querido hacerse amiga de ella y, según Susana y Jeremiah, Belly también. Sin embargo, las cosas entre ellas se habían sentido raras desde el momento en que se conocieron, y Avery odiaba saber que la causa de esa rareza era su mejor amigo.

No iba a permitir que cualquier sentimiento de celos para el que aún no había encontrado una razón; sentimientos que sólo parecían querer aparecer cuando se trataba de Belly y Conrad, no de Belly y Jeremiah -un detalle en el que estaba haciendo todo lo posible por no pensar- se interpusiera en su posible amistad con la chica más joven. Al igual que iba a asegurarse de que ese sentimiento dejara de existir.

𝐏𝐄𝐑𝐌𝐀𝐍𝐄𝐍𝐓 𝐏𝐑𝐈𝐂𝐄 | ᶜᵒⁿʳᵃᵈ ᶠⁱˢʰᵉʳ ✗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora