4. Esto no es tu culpa

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Al día siguiente

Los lobos habían vivido escondidos durante siglos, a plena vista, entre las familias que juraban odiar a los sobrenaturales, sin activar sus maldiciones, solo con personalidades latentes a la agresión, peleas de bar, gritos a los vecinos, entre ellos vivían los Marshal, una familia que se había mudado apenas hace 2 generaciones, Hayley odiaba ese pueblo, pero sobre todo odiaba a todas las porritas y tradiciones estúpidas que el pueblo no paraba de repetir, aburrido y estúpido pueblo, no existe nada aquí para mi, pensaba siempre, lo único que le gustaba de ese pueblo era Tyler, aunque el no parecía verla a ella.

-Tu eres Hayley Marshal?.-dijo Katherine sonriéndole, ella la miro seria.

-Quien eres?

-Soy una vieja amiga, conocí a tu abuela

-No te ves vieja.-dijo Hayley mirándola de pies a cabeza.

-Bueno Hayley, hay algo que tengo que contarte, se trata de tu origen, quieres saberlo?.-dijo divertida, ella se quedo seria y asintio, sabia que era adoptada, sus padres le habían dicho que no sabían quienes eran sus padres, alguien la había dejado en su puerta en Nueva Orleans y nadie nunca volvió a reclamarla, así que ahora Hayley se encontraba en un predicamento, su necesidad de saber era demasiada, eran lobos, eso lo sabia y la habian dejado en una familia de lobos, pero no sabian quienes eran.

-Que quieres a cambio?.-dijo Hayley.

-Tu lealtad.-dijo Katherine sonriendo.

-No te conozco.

-No es necesario, te diré quien eres, solo si tu haces algo por mi, conoces a Tyler Lockwood?

-Vamos juntos a la escuela.-dijo Hayley.

-Necesito que lo traigas a mi, pero antes, tienes que averiguar donde esta esto.-dijo Katherine enseñándole una foto de la piedra de luna, sabia que Caroline y Klaus no la habían encontrado, pero tenia que estar escondida en alguna parte.

-Lo hare.-dijo Hayley asintiendo, Katherine desapareció sin decir nada mas y ella se giro sorprendida buscándola, sentía que había hecho un trato con el diablo.

En casa de Caroline.

Cuando la policía fue avisar a Liz de la muerte de Bill, Caroline aun seguía dormida, escucho las sirenas y abrió los ojos, busco a Klaus con la mirada por la habitación, pero no estaba por ningún lado. Caroline estaba acostumbrada a escuchar las sirenas, pero cuando su madre toco la puerta, supo que algo estaba mal.

-Cariño tengo que hablarte.-dijo Liz desde el pasillo, el pánico la invadió y se levanto de golpe, abriendo la puerta, su madre la miraba con tristeza.-Es sobre tu padre.

-No mami, dime que no es cierto.-dijo Caroline.

-Lo siento mucho cariño, pero el murió.-susurro Liz, Caroline se abrazo a ella mientras las lagrimas caían por sus mejillas, de pronto una idea se poso en su mente, Klaus.

-Mami yo...

-Tranquila, yo me encargare de todo y llamare a su pareja, tu solo descansa cariño, puedes faltar a la escuela hoy si lo necesitas.-dijo Liz, Caroline asintio, pero en cuanto escucho que su madre salió de casa, ella también lo hizo, si Klaus había hecho algo, tendría que enfrentarla.

En la mansión Mikaelson.

Klaus pintaba con alegría mientras esperaba un mensaje de Caroline, sabia que se sorprendería de que se hubiera ido, pero era mejor a que su madre lo descubriera en su habitación, tenia que ganársela, además estaba impaciente, faltaban 2 días para la luna llena, aunque no le había explicado a Caroline que mas necesitaba para romper su maldición, esperaba que ella no tuviera que enterarse, la piedra de luna aun era un problema, pero ahora que tenia de su parte a Tyler, enseñándole lo que era, sabia que no tardaría en traérsela. Olio su perfume mucho antes de sentir su mano en su cuello, Caroline lo puso contra la pared y Klaus se sorprendió de lo rápida que fue para hacerlo.

Hasta que te encontre(Klaroline)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora