Klaus ingreso a la escuela sin ninguna intención de hablar con nadie directamente, pero cuando la vio, fue como si necesitara hablar con ella, tenia que conocerla.
La vida de Caroline cambia cuando conoce a Klaus, incluso podría perder su humanidad...
NOTA: Esto empezó como un one-shot en mi mente, pero hay que alargarlo por el bien de nuestros corazones Klaroline.
Caroline y Bonnie caminaban hacia la salida de la escuela con una gran sonrisa, esa noche seria el día del fundador, lo que para un pueblo pequeño como el suyo, era una gran fiesta.
-Sera bastante aburrido con tantos adultos, pero Matt estará ahí.-dijo Caroline sonriendo a Bonnie.
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-Bien espero que por fin admita que te ama.-dijo Bonnie sonriendo, Caroline sonrió pero se quedó seria cuando vio a un hombre pasar frente a ella.
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Su porte era elegante, su media sonrisa lo hacía lucir misterioso y su voz la hizo suspirar, que increíble asentó.
-Hola.-dijo parándose frente a ella, ella contuvo el aire y noto su corazón latir de prisa.
-Hola.-dijo Caroline.
-Estoy algo perdido, tu podrías ayudarme?
-Claro, a donde vas?.-dijo Caroline recuperando el aire, Bonnie levantó la ceja hacia el hombre desconocido.
-La oficina del director.-dijo, ella sonrió.
-Te llevo, nos vemos afuera Bonnie.-dijo Caroline sonriendo a Bonnie. Caroline camino alado de Klaus Mikaelson, sin saber quien era, sin saber que pronto el entraría a la vida de sus amigos y a la suya, para marcarla para siempre.
-Cual es tu nombre?.-dijo Klaus cuando estaban ya frente a la oficina.
-Caroline Forbes.-dijo Caroline extendiendo su mano hacia el, tratando de parecer madura, el sonrió ante el gesto y quito sus manos de detrás de su espalda.
-Klaus Mikaelson.-dijo sin saber porqué no le importo decirle su nombre real.
-Suena sofisticado.-dijo Caroline sonriendo, el sonrió también, no sabia que había en esta chica, pero le gustaba como se sentía, casi podía sentir que podía ser el mismo, se acercó y la hipnotizo.
-Que sabes de los vampiros?.-dijo mirándola a los ojos.
-Vampiros?.-dijo Caroline sonriendo, fue cuando noto el collar que llevaba y pudo olerlo, verbena.
