4.El Vino Prohibido

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Buscando fortuna, un hombre joven llegó desde el extranjero hasta el umbral de la selva amazónica. Allí se detuvo para averiguar sobre las posibilidades de éxito económico y de una vida pacífica, pues venía de su hogar destruido por las hienas lanzadas a la guerra.
Había muchas alternativas, desde el negocio maderero hasta el minero, pasando por la extracción de productos forestales, la construcción, el transporte y el comercio, entre otros, se trataba de una región inexplotada. Una vez estudiadas y sopesadas las opciones se decidió comenzar por la extracción de maderas y el comercio. Años más tarde, comenzó a traficar con el oro subrepticiamente. Y así, al cabo de muchos años trabajando arduamente sin mucha competencia y ahorrando mucho, pues su familia no era exigente, amasó gran fortuna. Adquirió propiedades y realizó provechosas inversiones en cierta industria del país.
A pesar de haberse dedicado desbocadamente al trabajo, también había conformado una familia con una mujer nativa, sumisa, dócil que le permitía una vida totalmente independiente. Sólo tuvieron una hija.
Después de veinte años de trabajo continuo, cuando lo consideró conveniente, resolvió viajar a su país natal, en Europa. Viajó solo, aludiendo que iría a echar un vistazo para luego llevar a la familia. Atravesó el océano en un confortable avión. En su pueblo natal se consiguió con pocos familiares y escasos conocidos. Se asombrópor la eficaz reconstrucción de las edificaciones que habían sido destruidas por la guerra. Pero no se sentía satisfecho, pues ya no dominaba su idioma original y, al compartir las costumbres locales, se sintió extraño en su propia tierra. A pesar de la excelente comida y la exquisitez del vino, comenzó a añorar el pescado con mañoco, el ceje y la manaca amazonense, a extrañar la vida displicente y bucólica de su pueblo adoptivo tropical. Así que, regresó antes de lo previsto y entre otras cosas, logró traerse varias botellas de vino.
Fue recibido con efusión en su hogar y en la algarabía su hija propuso brindar con el vino que él había traído de ultramar. Esto fue motivo de un impase que casi acaba con la reunión familiar, pues el padre, molesto, se rehusó tajantemente a descorchar ni tan sólo una botella.
─¡Es para una ocasión especial, caray! es para celebrar mi cumpleaños ─dijo autoritariamente y su hija, obediente, desistió por el momento.
Posteriormente, en otras ocasiones de celebración, se repitió la misma escena: la hija insistía en probar el vino y el padre se negaba a descorcharlo, incluso en ocasiones de su cumpleaños, aludiendo que sería para el próximo. Y así transcurrieron muchos años, hasta que todos en la familia se habían olvidado del vino prohibido que el ahorrativo hombre mantenía oculto en su dormitorio.
El día de su octogésimo cumpleaños, rodeado de su mujer, su hija, su yerno, sus nietos y pocos amigos, sorpresivamente, descorchó una de las botellas, sirvió y alzó su copa para brindar. Dijo algunas frases alusivas a la práctica del ahorro y se refirió a que, en ese momento de escases, cuando no se conseguía en el país ni siquiera jabón, ni papel higiénico, podían degustar un buen vino, gracias a su sentido de conservación. La hija intervino para contradecirle, ya que a causa de haber pasado mucho tiempo esperando por saborear ese vino, las expectativas se habían perdido. También aludió que las razones de su padre eran desatinadas, pues el ahorro no podía confundirse con tacañería. El padre le respondió enfurecido, pero los familiares presentes aparentemente lo calmaron. Continuó con el brindis y, en el momento de paladear el vino, el anciano cayó de bruces arrastrando el mantel y la vajilla. Se abalanzaron sobre él y comprobaron su fallecimiento. El médico determinó que había sufrido un ACV.
La hija del occisose sentía culpable de la muerte de su padre, por haberlo molestado en aquel momento que ella quiso soltar su frustración de muchos años, también porque, en un primer momento, tenía la psicosis de que lo había envenenado, ya que el capricho la había llevado hasta desear que el vino se convirtiera en veneno.
Después del ajetreo ocasionado por la tragedia, cuando recogió la mesa, ya que nadie comió, decidió finalmente saborear el añejado licor, pero lo expelió con una mueca de desagrado al comprobar que sólo era vinagre.

EL VINO

Exquisita bebida por Noé inventada
y objeto del primer milagro de Cristo.
El vino deleita, con ambrosía delicada,
extasiando a los sentidos que dicen: existo.

Bebida sagrada es, porindicación divina,
nuestro alimento espiritual.
Pero el hombre necio, ante Baco se inclina
arrastrando su dignidad hacia el mal.

Y nos enseña con sabor de antaño
que la vida pasa con premura.
Pues si no se consume a buen tiempo del año
y la circunstancia desaparece,
así como la oportunidad y la figura,
el sabor y bouquet se desvanece.

Siendo el vino de tan antigua reserva
como la vid, fruto de la tierra también lo es
prodigiosamente su boga se conserva
entre hombres y dioses a la vez.

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