superstar dad

Capitulo 15

Louis pasea sus dedos por el abdomen desnudo de Harry y sonríe cuando este ronronea entre sueños, besa un pectoral y sale de la cama completamente desnudo y cojeando un poco.

Podía ver la sonrisa presumida de Harry en su mente mientras lo veía caminar, eso lo enfadó, así que, importándole poco que este esté dormido, lanza una almohada a su rostro y rie corriendo para encerrarse en el baño cuando oye su quejido combinado con un gruñido.

Toma la manija de la puerta para cerrarla, pero una mano se lo impide y un cuerpo igual de desnudo que el suyo lo acorrala contra la pared.

La mano del ojiverde se posa a un costado de su cabeza y la otra en su cintura, su nariz se hunde en su fuente de aroma y el ojiazul no evita que un quejido se escape de sus delgaditos labios.

"¡Alfa!" Musita y Harry muerde su nuez de Adam. "Auch." Se queja golpeando al mayor en la nuca, pero besando sus labios, adornados por una hermosa sonrisa.

"¿Sabes? Un pequeño pillo me lanzo una almohada cuando soñaba con él..." Harry juguetea, raspando con sus dientes, el labio inferior de Louis. Quien se acongoja ante su acción. "¿Lo conoces?"

Louis arruga la nariz y niega. "Nop" Oprime sus labios, pero su sonrisa lo delata y se carcajea.

Harry besa las arrugas que se forman al costado de sus ojos al sonreír. "Eres tan tierno..." Besa su pómulo derecho. "Impaciente..." Pincha su nariz y Louis ríe. "Valiente..." El omega muerde la punta de su nariz. Harry le devuelve el mordisco, el menor se queja dramáticamente. "Dramático..." Con sus dedos, apartó el mechón que le impedía apreciar sus ojos. "Delicado...atrevido." Dice riendo cuando el menor menea sus caderas, moviéndose contra su erección matutina. "Y aveces loco..." Sigue sonriendo. "Mereces que te quieran en todas tus facetas, y yo lo hago, perfecto no eres, pero único si, eso es lo perfecto en ti."

Louis no responde a su palabrería, pero lo mira los ojos y como si un nuevo idioma hubiera sido creado, sus miradas se comunican, sus latidos se sincronizan y sus labios expresan, lo que las miradas no decían, con un beso, que sus almas fusionaría.

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El escenario es enorme, las personas expectantes lo son, las luces alumbran de todo, pero a la vez nada, y eso es lo que más ama, nuestra pequeña adorada.

Aurora.

La voz de su maestra la saca de la ensoñación en la que se encontraba, mientras sus pies caminaban, su alma en paz estaba.

Se sitúa en el escenario frente a cientos de personas, la luz apunta a ella y su familia desde la primera fila la miraba.

Sonriendo con la confianza que sus seres queridos le brindarán, recito la poesía que su pequeña alma guardaba.

"Mis pies acariciaban la arena con una suavidad casi etérea, hasta que el mar se encontro bajo mi toque delicado. Con pasos llenos de gracia, me sumergí en el vasto océano, permitindo que las olas acariciaran mi cuerpo con ternura. Nadé con elegancia, impulsándome más y más
lejos, hasta que alcanzaron una profundidad donde los ojos curiosos no podrian aventurarse.

El sol, en su lento descenso hacia el horizonte, pintaba el cielo con tonos ardientes de naranja y oro, arrojando destellos mágicos sobre el agua ondulante. Me permiti flotar boca abajo, como si mi cuerpo hubiera abrazado la quietud etérea de la muerte. En ese instante, una
sensación de serenidad absoluta se apoderó de mi, un sosiego que superaba cualquier otra experiencia.

El silencio reinante era profundo, solo interrumpido por el susurro rítmico de las olas danzantes.

Mis oídos quedaron envueltos en el suave murmullo acuático, dejando atrás los sonidos terrenales. Mi mirada se elevó hacia el firmamento, donde nubes de blanco
impoluto tenían el cielo como las pinceladas de un artista
celestial. Me encontraba en un momento suspendido en el tiempo, una comunión con la naturaleza que me rodeaba.