Dos mafiosos se odian pero, pasará algo que no esperaban, algo llamado... amor.
•Pareja: Junghope (Kook x Hobi).
•Mafia.
•Contenido explícito.
•Cambio de edades.
•Lenguaje malsonante.
•Historia 100% mia.
Está historia hecha con el único fin de ent...
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Poco a poco me fui acercando a los dos hombres que quedaban, uno estaba encadenado en la pared mientras que el otro se encontraba amarrado a una silla.
Por la forma en que me miraban, sabía que ellos me subestiman por ser joven así como la gran mayoría lo hace, ja grave error..
Avancé hasta una pequeña mesa que estaba a unos ligeros metros delante de mi.
X: ¿Al menos sabes lo qué haces? —rió con burla— por lo que puedo ver no.
—Vaya, parece que alguien no sabe que no debe hablar a menos que le den permiso. —Respondí mientras tomaba unas tijeras de la mesa— pero tu no te preocupes, yo con gusto te enseñaré a guardar silencio.
De nuevo me dirigí hacia el y tomé su rostro con bastante fuerza, al mismo tiempo que con mi otra mano acercaba las tijeras, el comenzó a forcejear.
—Con un carajo, ¡quédate quieto! – con rabia clavé las tijeras en su hombro izquierdo. –
X: ¡Agh!.. eres un maldito coba.. —lo interrumpí—
—¡Shh!.. callado te ves mejor. —clavé las tijeras esta vez en su garganta—
Al sacarlas un enorme charco de sangre se formó en el suelo.
—¿Uh?.. ¿se murió tan rápido? Bueno nimodo, uno menos de quién "preocuparse". —reí—
Miré al hombre que quedaba, este me miraba con desprecio.
—Jum.. —aclare mi garganta— entonces díme.. ¡¿hablarás ya?!
X²: No sé nada de lo que quieren saber.
Suspiré, me acerqué a el para patear la silla, eso hizo que soltará un quejido debido a que habia caído al suelo.
—¿Crees qué soy idiota?
X²: No lo creo, estoy seguro de que lo eres ¿Sabes qué más pienso? que eres un inútil.
—....
Rápidamente le quité las cuerdas que lo mantenían atado a la silla y acto seguido sujeté su cuello con fuerza.
—A ver cabrón, ¡repitelo!
X²: ¡Dije que eres un inútil! ¿Lo entiendes o tu puta cabecita no lo capta?
No respondí por un momento, todos se quedaron viéndome algo extrañados. Una sonrisa se dibujo en mis labios, la cuál se borró en un instante.
—¡¡¿Eso crees hijo de perra?!! ¡Voy a mostrarte lo "inútil" que soy! —respondí al momento que lo golpeaba—
Mis manos se llenaban de sangre por cada golpe que daba, me estaba dejando llevar por la ira, sin importarme nada más que eso. Hasta había perdido la cuenta de cuántos golpes le había metido a ese idiota, aunque igual ya no importaba, ya estaba muerto..
