TE AMO, PERO NO ERES MÍO.
Cada Halloween, Camilla Wilson se vuelve un año mayor. Otro año de su vida esperando a que James Potter la ame.
[traducción autorizada. obra original de rxmione.]
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A CAMILLA LE GUSTA QUE ESTÁ LLOVIENDO AFUERA. Le gusta que en su cumpleaños, el cielo está llorando con ella. Hoy cumple doce y no podría odiarlo más.
Los doce son una edad aburrida para una chica. No es una adolescente todavía pero quiere tanto ser una. La infancia no es todo lo que se cree, Camilla descubre. No hay nada cálido y cómodo de tener un padre en prisión y una madre alcohólica. Todo lo que ha hecho por ella es darle la necesidad de escapar. Sea a través de los libros o la música o la escritura o pensar en James Potter, ella hace lo que sea necesario para entrar a un mundo del que tenga control.
Halloween es un gran día para un cumpleaños para una chica como Camila. Ella puede ser cualquier cosa que quiera ser. Bueno, casi cualquier cosa.
Camilla quiere ser Lily Evans. Ella quiere sus largos rizos rojos y sus grandes ojos verdes. Ella quiere las pecas que bailan en su pálida piel y la curva de sus caderas. Más que nada, ella quiere ser la que James Potter adora.
James solo ha conocido a Lily por dos meses. James ha conocido a Camilla por once años. Él ha tenido once años para descubrir cualquier sentimiento por Camilla y no lo ha hecho. En once años, nunca ha encontrado una cosa sobre Camilla para amar.
Así que por eso Camilla está llorando en su cumpleaños. Está llorando porque no puede ser Lily Evans.
Aunque lo intentará.
Quizás si James supiera cómo se siente ella entonces todo sería diferente. Quizás si ella tan solo le dice cuánto se preocupa por él, entonces él se daría cuenta de que sintió lo mismo todos esos años.
Este año, ha escrito una carta. Es demasiado cobarde como para firmar su nombre (quizás lo haga cuando cumpla una edad más sensata, como quince o dieciséis). Camilla la va a escabullir en uno de sus libros de texto durante Encantamientos. Ellos se sientan juntos y él está bastante distante, así que no se dará cuenta.
Ella está leyendo la carta una y otra vez para asegurarse de que es lo suficientemente buena.
James,
Reproduzco de nuevo la memoria de nuestro primer encuentro una y otra vez en mi cabeza para sentir una sensación de comodidad. Creo que te amo, aunque aún no estoy muy segura del significado de esa palabra todavía. Solo quiero que sepas que creo que eres increíble.
Ella no la firma. Solo la dobla en un pequeño cuadrado y la guarda en el bolsillo de su suéter.
Camilla revisa su reloj y siente mariposas en el estómago. Faltan cinco minutos para la clase de Encantamientos, lo que significa que faltan cinco minutos para que vea a james. Ella se levanta y comienza a caminar por el familiar camino por sí sola. Sonríe mientras lo hace, aunque intenta no hacerlo. Parecer tonta no es algo que le guste.
Ella entra al aula antes que muchos estudiantes. Camilla tiene una tendencia a llegar más temprano de lo que debería por temor a llegar tarde. Llegar tarde es algo muy malo cuando está en casa y no quiere arriesgarse a ser castigada por ello en el colegio. Los estudiantes empiezan a entrar y ella siente la carta quemar un hueco metafórico en su bolsillo. James llegará en cualquier momento y se sentará junto a ella y la saludará como siempre lo hace.
Sirius entra y Peter le sigue y luego Remus, lo que significa que James está detrás de ellos. Él entra con tanta confianza que la habitación lo vuelve a ver de una manera natural. James Potter es capaz de hacerse a sí mismo el centro de atención sin siquiera intentarlo y esa es una de las cosas que Camilla ama sobre él.
Él se sienta junto a ella sin pensarlo demasiado y pone su mochila en el suelo, debajo de sus pies. Él la mira a ella y sonríe.
—¿Qué se siente tener doce, Millie? —Él sonríe. James es el único que la llama Millie y ella todavía no entiende porqué. Ella encuentra que Camilla es un nombre perfectamente adecuado. Para ella, Millie es un nombre para gatos. Millie es un nombre dulce, casi infantil. Sin embargo, deja que James la llame Millie todo lo que quiera porque la hace sentir especial. Para Camilla, la hace sentir importante para James en el sentido de que ha pensado en ella lo suficiente para asignarle un sobrenombre. También es algo tan especial que ellos comparten y ella no quiere privarse de eso.
Camilla se sonroja pero rueda los ojos para ocultarlo.
—Ya me lo preguntaste hoy. Te lo dije... no se siente nada diferente.
—Sí, pero quizás hiciste algún brillante descubrimiento entre ahora y el desayuno que quisieras compartir.
Camilla solo ríe de una manera educada y observa cómo James quita su atención de ella por un breve momento. Está mirando alrededor de la habitación de una manera muy discreta, pero Camilla lo nota. Ella sabe que James está intentando encontrar a Lily solo para saber dónde mantener la mirada durante el resto de la clase. Por suerte para él, Lily siempre se sienta por el frente, así que solo parecerá que está muy interesado en la lección. Aunque Camilla sabe la verdad.
Ella sabe todo sobre James. Sabe que lo primero que hace cuando entra a una habitación es buscar el brillante cabello rojo. Él nunca le ha dicho esto, pero de algún modo ella igualmente lo sabe. No es muy difícil darse cuenta cuando sus ojos bailan por la habitación, lejos de Camilla.
La clase comienza y Camilla de repente deja de ser interesante para James. Él está mirando a Lily y no hay mucho que Camilla pueda hacer al respecto. La carta está más caliente ahora de lo que estuvo alguna vez. Aunque no está caliente de la forma en la que el fuego lo es. En su lugar, está caliente como el hielo. No debería ser tan doloroso, pero lo es.
Así que se encarga de ello. Busca en su bolsillo y lo rompe por la mitad debajo de la mesa para que nadie vea y tira las piezas de esta en su mochila.
Camilla tendrá otro cumpleaños. Ella tendrá oportunidad para decirle a James cómo se siente.
