Estirpes de Linajes (Descubriendo la verdad)

Capitulo 5

Lyam extrañado la preguntó:

— ¿La túnica? ¿Espera... llevas algo debajo?—

— Claro, le pedí a Cleit que me hiciera una ropa más cómoda, la verdad que ir siempre con ese saco no me agrada. Me gusta tener libertad de movimientos. — lo decía mientras se lo quitaba.

Todos se quedaron sorprendidos, por la vestimenta. Llevaba una camisa de tirantes verde militar, con un pantalón corto negro que llegaba a las rodillas. Jules al verla le dijo:

— ¿No crees que vas muy deportiva? Aunque me gusta mucho tu nuevo estilo, yo tendré que buscarme algo parecido. Me limita los movimientos al esquivar. —

Cleit y los demás estaban un poco asombrados por el nuevo estilo que escogió Venelope, pero no les importó que fuera algo que nunca habían visto. Las dos chicas se dirigieron hacia el campo de batalla, aún estaba lloviendo, el clima no había cambiado, se posicionaron y Venelope se transformó en Loba desde el principio.

— Impresionante, eres más alta que tu padre. La última vez que pelee con él me dio bastante guerra. —

Venelope la miró fijamente:

— No soy igual que él, te lo voy a demostrar. —

Venelope arrmetió contra Marlene a toda velocidad, ella se cubrió cruzando las espadas en forma de equis. Ella le dijo:

— Tienes más ímpetu que tu padre. Mejor que él. Me gusta.—

— Aún no has visto nada. —

Siguieron con los ataques por parte de las dos. Marlene se retiró hacia atrás, hizo el gesto de lanzarle balas de agua, ya que se estaba acercando en línea recta, pero... Venelope al acercarse lo suficiente a ella, direcciono la mano hacia el suelo y levantó arena. Dejándola ciega por un momento, Marlene se giró para darle con la espada, sabiendo que la inercia de ella era caer por esa zona, falló porque Venelope no estaba en esa zona, al contrario, estaba arriba suya y le dio una patada en la cabeza, luego la agarró por la parte de arriba de la túnica y la lanzó contra el suelo lo mas fuerte que pudo. Venelope gritó con signo de victoria y de satisfacción. Todos los demás se quedaron sin palabras, Lyam y Jules gritaron:

— ¡SI, ASÍ SE HACE!—

Hym se dirigió hacia los chicos y les preguntó:

— ¿sabéis como pudo moverse en el aire? Es imposible esquivar el ataque.—

Lyam le contestó:

— Si lo sabemos. Yo lo viví cuando nos conocimos la primera vez. Venelope sabe usar magia básica, a mi me lanzó con la de viento hacía un abrevadero. —

— ¡Es imposible! En su raza no pueden usar la magia. Eso es algo que nunca se ha visto. —

Lyam y Jules no dijeron nada, solo asentaron con la cabeza sin saber que decir. Después de que la polvareda se desvaneciera, Marlene se levantó poniéndose la mano en la cabeza.

— Me sorprendiste. Eres muy astuta "lobita", levantaste la arena para cegarme y luego golpearme desde arriba. Aún no entiendo como lo hiciste, porque no tocaste el suelo en ningún momento. —

— Fácil. Utilicé la magia de viento. Y la volví a usar para impulsarme hacia arriba, esquivar su ataque y darte la patada. Me imaginé que con tu experiencia en combate harías eso por instinto. Me halaga que no te lo esperaras. — dijo Venelope mientras se reía.

— Sabes que eres la primera de tu especie que sabe utilizar la magia, de momento no nació nadie con ése don en el reino de las Bestias. Definitivamente has supera a Bezo. Él no tenía tu potencial a tu edad. Entonces tendré que usar algo nuevo. —

Alrededor del cuerpo de Marlene salió un aura azul, comenzó a concentrar energía, dejándola recorrer el suelo donde pisaban ambas. Venelope pensó en ese instante que a lo mejor se pasó un poco al lanzar contra el suelo de esa manera, poniendo cara de... >>haber metido la pata hasta el fondo<<. Marlene la miró fijamente y le dijo:

— No sabes el tiempo que estaba buscando una contrincante capaz de hacerme eso y de sorprenderme. Hacía tiempo que no me pillaban con la guardia baja, cada día se aprende algo. Espero que puedas pararme ahora. —

Después de esas palabras concentró energía en la mano derecha, la puso sobre la arena, luego de hacer eso, salieron dragones de agua y hielo hacia Venelope. Ella sorpresiva corrió esquivando lo que podía, pero era inevitable ya que volvían hacia ella cada vez que los esquivaba. Así que se paró de golpe enfrente de uno de los dragones e hizo un muro de viento para destruirlo, lo único que hizo fue desviarlo, otro por sorpresa apareció de golpe enfrente suyo, por instinto puso las manos para protegerse del golpe, pero, la marca del árbol en su tobillo comenzó a brillar y de su mano salió una raíz creando un árbol de nogal en forma puntiaguda destruyendo el dragón de agua. Todos se quedaron sin palabras al presenciar ese acto. Hasta Venelope no creía lo que había hecho, luego de hacer eso, le habló Hope y le dijo:

— ¡Que bien! Puedes utilizar mi magia. No te lo dije, pero soy un Dríada del bosque. Veo que nos vamos uniendo más y podemos compartir los poderes.

— Bien. ¿entonces puedes crear muros de éste tipo de árbol, mientras avanzo hacía Marlene?—

— Si, recuerda que soy una sirviente tuya, te hago caso en lo que quieras. —

— No eres una sirvienta para mi. Eres una amiga que me acompaña en mi viaje, como Lyam y Jules. ¿Preparada, vamos al ataque?—

Venelope avanzó de golpe hacia Marlene, ella concentró el ataque en linea recta intentando pararla,esquivaba y surgian muros de madera parando los dragones, Marlene sonreía, ya que estaba con una guerrera con mucho talento. Al llegar a la altura de ella, Venelope se catapultó hacia arriba de Marlene intentando hacer lo mismo de antes, pero, no sabía que Marlene era "perro viejo" en las batallas y no la volvería a pillar por sorpresa. Alzó la mano en donde se ubicaba Venelope y le dijo:

— No me vas a volver a pillar de nuevo, aquí acaba el combate. —

Venelope no tenía donde ir y salió volando con un chorro de agua hacía el cielo, cayendo de lleno donde estaban los demás. Jules y Lyam se acercaron para ayudarla. Lyam le dijo:

— ¿Estás bien Venelope? Parece que los dos hemos aprendido nuevas habilidades con estos combates. —

— Si, estoy bien chicos. Gracias por ayudarme a levantarme del suelo. Te toca a ti Jules. Ponselo dificil como a Xizzko. —

Jules la miró y le dijo:

— Tengo una idea de como hacerle salir de su confort, viendo como ha combatido con vosotros. —

Marlene gritó desde el campo de batalla:

— ¡SIGUIENTE! Vamos que estoy en racha. — mientras se reía a carcajadas.