35. YOU HAVE TO DO IT

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El Ikran era lo suficientemente veloz como para esquivar ágilmente las balas que querían impactarnos.

La adrenalina era tanta que no sabía si mi corazón latía dentro de mi pecho, no lo oía.
Mi cuerpo estaba relajado, podía disparar flechas pero también me sentía nerviosa.
Y tenía miedo

Porque podría impactarme una de esas balas y podría morir aquí y ahora, y el Ikran volvería a ser domado por esas bestias.

Una de mis flechas fue incrustada con fuerza en la cabeza de un humano, y este cayó muerto en el suelo frío del gigantesco bote demonio.
Luego solté otra y otra, una tras una iban atravesando cuerpos tanto de falsos Na'vis como humanos.
Hombres, mujeres muriendo o siendo heridos de gravedad por mí , una joven de diecisiete años aspirante a ser guerrera.
Y ellos lo llevan siendo toda su vida.
Los Metkayinas peleaban contra el enemigo usando sus lanzas, arcos y flechas, navajas.

Solté una risa amarga cuando dos de los Avatares chocaron entre si cayendo al suelo mientras intentaban dispararme.

Pero el temor volvió a mí cuando perdí a Kiri de vista, no lograba encontrarla.
Sabía que si bajaba sola ahora no la vería jamás. Así que soltando un último suspiro de arrepentimiento me alejé del lugar.
Pero antes de siquiera poder avanzar lejos del bote, las balas atravesaron el ala de el Ikran.

Se comenzó a quejar y lloriquear debido al dolor, dolor que también sentí al haber formado un vínculo en tan solo diez minutos. Caímos en la cubierta del bote, un golpe seco que fue amortiguado por el cuerpo del Ikran.

Deshice el Tsaheylu al no poder soportar más el dolor y me acerqué a el hasta tocar su cabeza. Suspiré aliviada cuando sentí su respiración y este abría sus ojos.
Estaba vivo

Pero el alivio no duró mucho tiempo, varios pasos acelerados se oyeron detrás de mí y enseguida fuí tomada por los brazos con demasiada fuerza. Hasta para mí
Fuí despojada de mis armas mientras tiraban de mí hacia cualquier lugar.

-Suéltame maldita bastarda! -Forcejeaba con la mujer Avatar que me tenía por los brazos

-No llores, caramelito

-No soy tu caramelito, enferma!

Dió una patada en mi pierna por la parte de atrás, haciendo que caiga arrodillada mientras soltaba un quejido de dolor.

-Donde están? -Pregunté entre jadeos

Soltó una risa divertida luego de mi pregunta, está fue contestada cuando oí la voz de Kiri delante de mí

-No no no -Murmuró mientras veía como me esposaban a su lado -Por qué viniste?

-Volví por tí -Recordé la última conversación que tuvimos en las plantas submarinas -Solo que... No de la manera en que me hubiese gustado

Sonrió pero está se borró al instante mientras su semblante cambiaba a uno más preocupado -Estas bien? Te hicieron daño?

-Eso no importa ya, ¿Tu estás bien?

Mis manos estaban esposadas al barandal amarillo del bote, por lo que me impedía tocarla, algo que maldecía internamente.
Necesitaba tocarla, saber que estaba bien

𝐌𝐄𝐓𝐊𝐀𝐘𝐈𝐍𝐀ᵏˢ                                           [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora