XXXI

277 16 5
                                    

15 años después

Ares:

Estaba harto de todo, harto de que mi padre solo viniera a mi puto cuarto a buscar algo para tener una excusa y regañarme.

- Ya te he dicho muchas veces que no entres a mi habitación Zeus,- Dije mientras le hacía una seña para que saliera.

- ¿¡Quien te crees que eres?!-, Dijo Zeus mientras me tomaba del brazo

- Suéltame hijo de puta,-Dije mientras me liberaba  de su agarre,- Estoy harto de ti. Si fuera por ti ya me habría ido. Solo estoy aquí por mamá.

- No insultes a mi madre, jamás, si vuelves a hacerlo te destruiré y te haré sufrir como no te imaginas. Y segundo, vete, a ver si eres capaz de algo. Eres un bueno para nada Ares. Eres lo peor del Olimpo.

- ¡No vuelvas a hablarle así a mi hijo Zeus!-, Dijo alguien, y reconocí esa bella voz de inmediato. Mi madre entró a la habitación y miro a mi padre enfadada.

- Hera, deja de justificar su comportamiento, ese niño está mal educado.

- ¿Que hizo ahora Zeus?, ¿No querer casarse con cualquier diosa de pacotilla que elegiste para poder mudarlo?, pues no, mi hijo no se casara tan joven y mucho menos con la mujer que tú quieras. Te recuerdo qué haces y deshaces a tu antojo y no te importan los demás.

- Yo soy el re....,- Intentó decir mi padre, pero no logro terminar la oración

-Y otra cosa que quiero que tengas muy en cuenta Zeus,- Dijo mi madre mientras colocaba un dedo en su pecho,- Usted eligió a su esposa y a su reina, por lo tanto mi hijo tiene incluso más derecho que tú para hacer lo mismo Fin del asunto. Vete a atender a los mortales y mi hijo seguirá estudiando.

Finalmente mi padre se marchó y mi madre se acercó a mi y acarició mi mejilla.

- Gracias mamá,- Dije mientras la abrazaba y la alzaba un poco.

- Mi pequeño niño,- Dijo mi madre mientras me devolvía el abrazo.

- Te amo mucho mamá,- Le susurre al oído y ella río por la sensación.

- Yo también te amo mi pequeño príncipe,- Dijo mi madre mientras la ponía de nuevo en el suelo.

- Madre, ¿puedo salir más tarde?, quiero ir a visitar a  Kore y Hermes me invito a una fiesta.

- Si ve, pero no llegues muy tarde, confío en ti Ares,- Dijo mi madre mientras me miraba algo seria, para después dedicarme una de sus hermosas sonrisas.

- Mamá, ¿te han dicho que eres hermosa?,- Dije mientras le sonreía. Esas sonrisas que solo les dedicaba a ella.

- Hoy no, eres el primero del día,- Dijo mi madre mientras pasaba sus finos dedos sobre su cabello.

- Pues que idiotas todos los que te han admirado hoy y que no han sido capaces de decírtelo.

Madre me dedico una última sonrisa y se marcho.

Luego, sonó mi celular y me sentí aún más enérgico cuando vi quien era.

Sin lugar a duda iría a esa fiesta, pero primero tenía que ir a ver a mi hermana Kore. La pobre siempre estaba encerrada y solo gozaba de mi compañía a veces.

La vida de Zeus y Hera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora