Capítulo 9 | Deseos

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Pero mira tú por donde que sí que lo era, porque mira donde estoy ahora, plantada delante de la casa de Rose, sudando, en pleno sol, y deseando.

Si tuviera un genio, como el de Aladdin, desearía estar ahora con Rose y que no hubiera sido tan estúpida como para no devolverle el beso si era todo lo que quería hacer, volver a vivir esa sensación una última vez.

Puse las manos sobre las rodillas, derrotada.

Pero cuando volví a mirar a la carretera vi a una figura corriendo hacia mi dirección.

Me reincorporé y entrecerré los ojos deseando poder reconocer a esa figura.

No me costó mucho. Era Rose.

Supongo que había parado el coche y ahora se dirigía hacia mí.

Pensaba echar a correr, pero justo cuando di un paso, Rose se me abalanzó y nos besamos, en el instante en el que nuestros labios se tocaron me sentí mejor, sentí la calidez de su abrazo, sin importarme los 34 grados de la calle.

Cuando nos separamos, nos quedamos tocando las frentes, sonriendo.

- Te escribiré.- Me susurró, y seguidamente se fue corriendo y desapareció por la esquina.

La flor rojaWhere stories live. Discover now