Me encontraba sola en mi habitación, era una tarde calurosa, y es que era verano, y mi habitación siempre ha sido la más fría en invierno y la más calurosa en verano.
Mi vista recorría mi habitación de tal manera que me iba fijando en cada pequeño detalle; es lo que hago cuando pienso.
Y es que la cosa es que estaba pensando sobre Rose. Rose, qué nombre tan bonito.
Estos últimos meses he tenido una relación muy estrecha con ella, pero desde hace poco, paso algo extraño. Y es que cada vez que estaba cerca de ella tenía lo que llaman mariposas en el estómago, yo solo una sensación reconfortante. Cuando se iba, es como si dejara un pequeño vacío y todo se volviera un poco más gris. Deseaba nunca dejar su lado.
Pero un día, en la hora del patio, Jon, el niño más popular del instituto, se acercó a nosotras y le preguntó a Rose si quería ser su novia. Le dijo que sí. Me quedé petrificada y noté como si algo se rompiera dentro de mí.
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La flor roja
RomanceCorrí, corrí y corrí hasta que mis pies no dieron a más. "Estúpida, estúpida..." me decía a mí misma mientras me daba pequeños golpes en la cabeza. ¿Cómo la podía haber dejado ir?
