Capitulo 3

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Esa tarde, mi padre, mi hermana y Sophia estaban a punto de irse a Francia. ¿Por qué? Bueno, es que Lyin tiene una prima en París con la cual se lleva muy bien. Se llama Francesca, y no la conozco bien. Solo la he visto cuando viene a mi casa a visitar a mi familia, pero nunca he hablado con ella, ya que, bueno, como entenderán, yo no soy de su misma sangre y todo el cuento, aunque siempre he intentado que eso no me afecte.
Un rato más tarde, todos estábamos despidiéndonos. Creí que papá estaba un poco raro desde la mañana, pero no le di importancia porque de todos modos, no estaba muy acostumbrada a verlo. El casi siempre estaba trabajando y solo lo veía en la mañana y a veces en la noche.
- Mary, necesito que te hagas cargo de Mel en este tiempo que estaré ausente -Dijo papá en un tono tranquilo.
- Si, por supuesto, señor Willow.
- Me gustaría, Mary, que nos ayudara en nuestro camino hacia el jet. Ya sabes, a llevar las maletas, y eso.
- Si, señor. Pero, ¿Melanie vendrá con nosotros?
- No. Ella se quedará aquí. ¿Te parece bien, hija?
Lo miré y asentí.
- Eso está bien. Bueno, Mel, te voy a extrañar. Cuídate.
- También te voy a extrañar, pá. Y a ti, Lyin.
Lyin me sonrió y se acercó a mi para darme un abrazo corto. No abrace a mi padre porque a el no le gustaba mucho el contacto físico. De nadie. Mary se despidió de mi y me dijo que volvería pronto. Luego, los cuatro salieron de la casa y me quedé sola en la mansión. Me sentí feliz, porque nunca había estado sola. Okay, sola, sola no. Porque estaban los guardaespaldas, que estaban en la puerta de entrada, y los encargados de la comida, pero a ellos los veía muy poco. Podía ponerme a chismosear en las habitaciones de los demás e incluso podía robar algo de comida. Era divertido. Entonces mi primer plan fue la comida. Aburrido, lo sé. Pude haber puesto música a todo volumen, hacer bromas telefónicas a desconocidos, comprar algo y pagarlo con el dinero de papá, pero yo tenía hambre. Y la verdad, no iba a hacer nada malo.  Por lo tanto, fui a la cocina y robé algo bastante rico. ¡Pizza! Hace rato que no comía, y era mi segunda comida favorita, porque lo que mas me gustaba comer era hamburguesas, pero casi nunca me dejaban. Tenía suerte, porque la pizza la habían comprado en la tarde, después de mucho tiempo y creo que se los olvido que estaba ahí. No se, tal vez la costumbre.
Mientras veía una película aburrida que pasaban por la tele, escuché un sonido raro proveniente de la puerta trasera, pero supuse que sería Mary, pues para entrar se necesita una llave. Me levante para saludarla, pero me sorprendí cuando vi que no era ella, si no un hombre al cual no había visto jamás. Se veía enojado y noté un poco de nerviosismo en su mirada.
- ¿Quien es usted? -Me atreví a preguntar.
- Eso no importa, Melanie. Ven aquí. - Él comenzó a acercarse a mi y yo retrocedí como un reflejo.
- ¿Como sabe mi nombre?
- Después te explico todo, no te asustes. Necesito que vengas conmigo.
- ¡No! Usted está loco... ¡Salga de mi casa ahora mismo o llamaré a la policía!
- Melanie, necesito que entiendas que no quiero hacerte daño, yo so-
Lo interrumpí enojada y asustada.
- No lo conozco. Por favor, vete o voy a gritar.
- Oye, no. No hagas eso.
El hombre se acercó a mi sin darme oportunidad de reaccionar y me tapó la boca. Intenté resistirme pero el tenía mucha más fuerza que yo y empezó a conducirme fuera de la mansión.
Cuando estuvimos afuera, había una camioneta. El me empujó hacia dentro, y me ato las manos.
- Lo siento, Mel. Después te escapas.
-No, ¡por favor! No quiero...
- Te lo explicaré luego...
Él se metió en el asiento del conductor y empezó a conducir.
- Mi nombre es Aston.
- No me importa saber su nombre. Por favor, no me lastime.
- ¡No quiero lastimarte! Por favor, cálmate.
¿Calmarme? ¿¡Calmarme!? Estaba siendo secuestrada por un tal Aston a quien no conocía, mi corazón palpitaba con fuerza, estaba muy asustada, nerviosa y enojada, no entendía nada, ¿y me pedían que me calmara? Que se calme su abuela, porque yo no...
Unos minutos después, Aston hablo de nuevo.
- Mira, Mel, yo se que no entiendes nada, pero...
- ¡No quiero! ¿Es que no lo entiende? ¿Por que?
- Mel...
- ¡No me llames Mel! No me conoce.
- Claro que te conozco.
- ¡No! Dígame sus intenciones... ¿Que es lo que quiere de mi?
- Quiero que estes a salvo.
- ¿A salvo de que? Yo tengo que estar a salvo de los secuestradores como usted, no de mi casa.
- No entiendes.
- Ilumíname, por favor - Dije sarcásticamente.
- No lo entenderías -Contestó, claramente frustrado.
- Gracias, no sabia que era tan bruta.
- ¿Puedes hacerme el favor de colaborar?
- Hare todo lo posible para no colaborar con mi secuestro.
El auto se detuvo bruscamente delante de una mansión. Era más pequeña que la mía, pero se veía más acogedora.
- Hemos llegado.
- ¿A donde? ¿A mi celda?
- No. A tu nuevo hogar.
Esas cuatro palabras hicieron que me entraran ganas de llorar de frustración.
- ¿Que quieres decir? Yo no pienso quedarme aquí... Dijiste...
- Que te iba a proteger, eso dije. Bájate.
- ¿Y si no quiero?
- Melanie... Estoy hablando en serio.
- Yo también.
Aston me bajo por la fuerza y desató mis manos. Instintivamente, intenté huir pero el nuevamente me lo impidió agarrándome fuertemente por la cintura.
- ¡Suéltame! -Exigí pataleando y respirando con dificultad.
- ¡No lo hagas más difícil!
Comencé a patalear, a retorcerme, a gritarle, e incluso intente morderlo pero no funcionó, y un minuto después ya estaba dentro de su casa, que a decir verdad, era bonita, pero no me fijé en ello, porque estaba muy asustada y cansada.
- Tranquilízate. Todo estará bien, Mel... Yo digo la verdad, solo... Tranquila, ¿vale?
- Quiero volver a casa.
- No puedes, Melanie... Uf, mira, me encantaría llevarte a tu casa pero no estarás a salvo.
No entendí lo que dijo porque empecé a sentirme mareada, y veía muy borroso. Lo último que sentí fue que todo se oscureció...

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2023 ⏰

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