[5]Comprensión

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Capítulo 2.5

Rosa había llegado a la casa de su tía después de lo que pasó anteriormente.

Su tía le preguntó porque había llegado tarde y ella le explica lo que pasó con Iris y les entrega lo que había pedido para ellos en el Starbucks. Rosa entra su casa y ve a su mamá, se llamaba Magaly.

Rosa se había quedado helada, hace años que no había visto a su madre; se comunicaba con ella; asi, pero no eran mas que mensajes, tanto si que Rosa se dio cuenta que no la recordaba bien porque se estaba empezando a olvidar como era su madre.

Rosa no sabía que decir ¿Que se supone que de dicen en estas situaciones?; su mirada estaba clavada en ella, estaba inmóvil; pero ¿Estaba feliz?

Congelada vio como su madre feliz se le acerco a darle una abrazo, el cual no tuvo respuesta pues Rosa seguia procesando lo que estaba pasando.

—¿No te alegras de verme, hijita?__preguntó Magaly.

—Si... —respondió Rosa entre murmullos llenos de incomodidad.Pues eso era extraño para ella, desde que tenia cinco años no veia a su mamá en persona.

—Yo estoy muy contenta de verte, hijita, mira, estando en Francia te traje este gatito.

Rosa veia como de una maleta salia un gato color negro de ojos verdes.

—Esta lindo —decia Rosa mientras agarraba al gato y se iba a su cuarto a encerrarse.

¿Se estaba escondiendo de su mamá? Rosa se escondía como cuando viene una visita y le da roche ir a saludarla; pero en este caso, le daba roche saludar a su mamá.
Se sentía muy incómoda, ella era una completa extraña pero era su mamá.

Empezo intentar recordar como fue la última vez que la vio, hasta que empezó a recordar todos los días de la madre que había pasado sola, todos los cumpleaños que habia pasado sin su mamá, todas las personas que le tenian pena por no estar cerca de su mamá, todas las veces que le dijeron que su mamá la había abandonado.

Y en ese momento el rencor que había tenido de años por pensar que su mamá la habia abandonado estaba volviendo.
Rosa salio de su cuarto dirigiendose a la cocina donde estaba su mamá tomando un té de anis a solas.

—¿Para que volviste? —preguntaba Rosa.

—¿Cómo que por que? Para verte pues, ya estas grande, me acuerdo cuando te deje chiquitita.

—Si...me dejaste.

—No, no; tampoco quizé decir eso

—Lo acabas de decir.

—Hija, tienes que entenderme; el Perú estaba feo y yo me fui a Francia para que puedas tener todo aquí.
Yo no te podía llevar...

—Hace años que el Perú dejo de estar tan asi, pudiste haber vuelto, pero no, no lo hisiste.

—Rosita, hija, tienes que entenderme, ya tenía varios años viviendo allá, tenia un trabajo, una casa y todo.

—¿Osea ya tenías tu vida hecha?

—No, hija, mi vida nunca va a estar completa si no estás tú.

Las Gemas Secretas #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora