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- Quiero que le digas la verdad

- Kikyo entiende está embarazada, no puedo dejarla así

- O le dices tú o le digo yo

- Pero Kagome lleva en su vientre a mi bebé!

- Lo hubieras pensado antes de meterte conmigo de nuevo!

- Podrías almenos tener consideración y esperar a que el bebé nazca?

- Inuyasha! (Le da una bofetada)

- Por favor !

- Le diré yo (Se pone en marcha)

- Espera por favor ! (Va tras ella)

Cerca del río Kagome lucía una hermosa pancita ya casi previa al nacimiento de su primer bebé. Sin embargo, estaba lavando la ropa, porque usualmente Inuyasha no hacía ese tipo de cosas y por nada del mundo ella dejaría que su casa se viera desarreglada, sólo por estar embarazada.

- Señora Kagome

- Hola Rin! Cómo has estado?

- Muy bien, señora Kagome, hay algo que me gustaría decirle, podríamos hablar un momento?

- Claro, dime

- Verá es que (no sabe cómo decirle) recuerda la vez que el amo Sesshomaru no regresó a casa por varios días ?

- Sí, estuviste en mi casa con las niñas. Por cierto, cómo están Towa y Setuna?

- Muy bien, ya han empezado a aprender a caminar por si solas, el amo Sesshomaru se encargó hoy de ellas.

- Vaya que lindo! Me alegro de que todo vaya muy bien entre ustedes (sigue lavando)

- Le gustaría que le ayude a lavar?

- No te preocupes, ya casi termino, pero cuéntame, qué era lo que me querías decir.

- (Suspira) Primero prometa que no se va a enojar conmigo

- Así de grave es ?

- (Asiente y la ve esperando respuesta)...

- (Termina de lavar la última prenda y le pone sumo cuidado) Okey dime

- Señora Kagome, cuando el amo Sesshomaru dejo de ir a casa y yo estuve viviendo con usted, note algo raro con el señor Inuyasha, así que lo seguí.

- Y? (No le vió misterio)

- Kikyo está viva, señora Kagome

- (Deja caer la canasta de la ropa) Qué?

- Déjeme le ayudo con esto, por suerte la ropa no se ha ensuciado (Toma la canasta).

- Rin tienes que estar mintiendo, de seguro viste mal.

- Eso pensé, pero el amo Sesshomaru también la vió, juntos pensamos que lo mejor para usted era saberlo.

- Gracias Rin, realmente aprecio tu honestidad.

- No hay de qué señora Kagome, por algo somos casi familia

- Es verdad, por cierto, me acompañaras a casa? Tengo algo que he querido darle a las niñas pero con lo de mi embarazo me queda difícil recorrer tal distancia.

- Iré con usted en ese caso, además si gusta podría traer a las niñas otro día

- Me encantaría ! Espero que nuestros pequeños se lleven bien

- A mí también me gusta la idea

Las dos mujeres siguieron hablando de otros temas, al llegar a la casa de Kagome ella le agradece a Rin, y le da los obsequios para sus hijas, un rato después Rin se marcha y queda Kagome sola en casa.

Hajimemashite Kagome SamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora