Mi Copo De Nieve [Billy hargrove]

Cap 2

En ese mismo instante, los pasos apresurados de Robin resonaron en el pasillo, y antes de que pudiera asimilarlo, ella irrumpió en mi habitación con una mezcla de preocupación y prisa en su mirada. El sonido del golpe de la mochila al caer al suelo la había alertado, y su reacción inmediata fue correr hacia mí.

¿Estás bien?, preguntó Robin con voz apresurada y ligeramente alterada, sus ojos buscando señales de incomodidad o malestar en mi rostro.

-Solo fue el mismo dolor de cabeza que tuve antes. No te preocupes.
R- Ya me estás preocupando. Deberíamos ir al doctor para averiguar qué está pasando.
-No, en serio. Es solo el dolor de cabeza. Estaré bien.

Mi intención era disipar su preocupación y evitar que se preocupara más por mí. Sin embargo, su expresión seguía revelando su escepticismo y preocupación por mi estado de salud.

R-esta bien pero si sigues así si te voy a llevar al doctor aunque te tenga que llevar a rastras.
-Jaja esta bien

Con la ayuda tranquilizadora de Robin, logré recuperar mi compostura y estabilidad. Juntas dejamos atrás el episodio en mi habitación y nos encaminamos hacia la puerta. Una vez afuera, nos dirigimos hacia donde Steve que nos esperaba dentro del auto.

S-¿estas bien?
-si solo fue un dolor de cabeza. Ya vamonos o llegare tarde
S-lo que tu órdenes señorita

Encendio el auto y Steve se unió a la ruta que nos llevaría a la escuela Hawkins. Después de unos minutos, llegamos a nuestro destino. Sin perder tiempo, me bajé rápidamente del auto, con la intención de evitar el sermón diario que Robin y Steve parecían estar dispuestos a compartir conmigo. Era como si de repente hubiera adquirido la habilidad de canalizar a mis padres en sus discursos.

Mi salida apresurada reflejaba mi deseo de escapar momentáneamente del rol de receptor de consejos y advertencias. Aunque apreciaba su preocupación, había ocasiones en que prefería sortear las palabras bienintencionadas y enfrentar el día escolar por mi cuenta. Con un gesto de despedida y una mezcla de alivio y determinación, me alejé en dirección a la escuela, dejando atrás los consejos no solicitados que se habían vuelto parte de la rutina matutina.