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Me encontraba en casa, eran cerca de las 7:30 de la noche, ese día invite a mi mejor amigo, Minho, para ver alguna película juntos, con palomitas, refrescos y dulces.
Ya era costumbre para él y para mí reunirnos los fines de semana para pasar un rato juntos.
Nos conocemos desde que tengo memoria, fue en el kinder - la primera vez que hablamos -. El siempre ha sido mi compañero de aventuras, a donde yo voy , él irá, cuidandome y acompañándome. Logramos convencer a nuestras madres de vivir uno al lado del otro,él siempre pasa por mi casa para ir juntos a la universidad, vamos en la misma clase, y nos vamos juntos a casa. Siempre que tenemos tareas, preferimos reunirnos en mi casa para realizarlas - él me ayuda, y yo le ayudo a él.
- Bien, ¿Cual vemos? - Pregunté una vez llegó Minho, y se acomodó en el sofá.
- Mmm... No lo sé, ¿Cual quieres ver tu?
- ¡Ya sé!,¿Y si vemos una de terror?
-¿Estas seguro?, honestamente tu eres muy asustadizo.
- ¡Claro que no! - exclamé indignado.
- ¿Seguro?
- Segurísimo
- Está bien, pero después no me vengas lloriqueando de que tienes miedo - me advirtió.
- No va a pasar, ya no soy un bebé.
- Okay, lo que tú digas.
Empece a buscar alguna película que me llamará la atención, me decidí por una, "Sonríe". Le puse 'play' y comenzamos a verla.
De vez en cuando llevábamos una mano hacia el tazón de palomitas que se encontraba en la minimesa para agarrar un puñado de palomitas y llevarla a nuestras bocas.
[🩸]
Algunas escenas me provocaban algo de miedo eh escalofríos, de vez en cuando observaba a Minho de reojo, no había ninguna expresión de miedo, nerviosismo, o inseguridad en su rostro - no entiendo cómo le hace -.
Trababa de disimular, para que él no se diera cuenta de que tenía miedo - para que él no se burlara de mi por ser miedoso y por no acatar sus indicaciones -.
Para mi, la película se sentía como una eternidad.
Un fuerte estruendo me asusta y hace que de un saltito en mi lugar, dirigí mi vista hacia la ventana y efectivamente, estaba lloviendo y relampagueando.
- Está lloviendo muy fuerte, ¿Piensas irte así a casa? - pregunté.
- No lo sé, mamá se enojaría y me reprenderia si llego a resfriarme.
- ¿Y si duermes aquí? - le ofrecí
- ¿Estas seguro?
- ¡Claro!, No actúes como si nunca hubieras dormido aquí antes.
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