Cap 29: Delante de la gente

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Hoy si vinimos a la uni, no faltó nadie, ni siquiera Sabrina. Bueno, supongo que acá es donde empiezo a fingir. Como me va a costar esto chee.

Estaba pensando en ella y justo pasó adelante mío, las ganas de saludarla y hablar con ella me mataban, como impulso le sonreí.

Ella me miró con mala cara, ahí recordé ese tiempo en el que no podíamos ni respirar en el mismo lugar porque odiábamos al otro.

Dioss, como me duele que sea tan buena actuando. Pero, y si no esta actuando? ¿Y si esta enojada conmigo de verdad? No creo, hasta donde yo sé no le hice nada.

-Discúlpame.- Tuve que quitarle los ojos de encima a ___ porque alguien chocó conmigo.

-No, no pasa nada...- Dije antes de reconocer a la persona.

-Gracias.- Sabrina me agradeció por ayudarla con las pocas cosas que se le habían caído.

-De nada.- Intenté irme pero ella intentó alargar la conversación.

-Iván, yo sé que vos y yo no terminamos en la mejores condiciones, pero quiero que nos llevemos bien.- Me dijo la trucha.

-Creo que tenemos que dejar las cosas como están.- Dije sin ninguna expresión en la cara.

-¿Podemos volver a ser amigos?- Me preguntó.

Narró yo:

-¿Querés venir a una juntadita con los chicos a la tarde amor?- Me preguntó Mate.

-Si obvio.- Le respondí.

-Dale, va a ser en lo de Sabri, ella me dijo que te avisara.- Me dijo sin dejar de abrazarme.

-Nos vamos juntos?- Esto lo vi como una oportunidad, con lo de Samy, Iván y yo habíamos estado más juntos y todos se habían dado cuenta.

-Obvio, mi vida.- Él me dio un beso y me abrazó, al toque los dos nos quedamos dormidos.

Narra Sabrina:

-Me alegra quedar en mejores términos con vos.- Le sonreí a Iván.

Es mi momento. Le agradezco a Sabrina que se haya quitado del medio, boe, aunque fueran pareja igual la hubiera quitado del lugar. Pero así, ella me lo hizo más fácil.

-¿Querés venir a la noche a mi casa?- Le pregunté a mi amor.

-No penses mal, voy a hacer una juntada con los chicos nada más.- Le dije cuando se quedó callado sin responder.

-Veo si me hago un tiempo y pasó.- Me respondió Iván.

-Dale, te espero.- Dije de la forma más amable posible.

Narra Iván:

No tenía ganas de ir, no quería volver a ver a Samanta. Yo soy consiente de que en algún momento tenemos que llegar a hablar, pero, todavía no estoy listo.

Por ___ hace mucho que empece a sentir cosas, diría yo, desde el primer momento que la vi. Cuando me enteré que lo que me dijeron de ella era mentira, esos sentimientos cambiaron.

Más fuertes, se volvieron mucho más fuertes, pero tenía a Samanta y pese a todo lo que me hizo, yo si la quise.

Pero ahora no sé, no sé que tiene ella que me vuelve loco, no puedo dejar de pensar en su sonrisa o en el lindo lunar que tiene cerca del ojo.

Llegué a la casa de Sabrina, entré y saludé a mis amigos, había música y comida, no parecía una "juntadita" tranqui.

No hay nada que pensar, nada que replantearme, nada que calcular o controlar, no, porque esto, este sentimiento, es incontrolable.

No podía moverme, lo que sentía no me permitía hacerlo. Me dolió mucho, pero era algo a lo que me tenia que acostumbrar. Mateo es su novio, esto es re normal.

Pero, dioss me duele tanto. Mateo la besaba con pasión y con su mano derecha acariciaba su cintura, ella agarraba fuertemente su cara y con los ojos cerrados correspondía.

Este tipo de escenas se me van a presentar tantas veces que me da ganas de pegarme un tiro.

-Iván, viniste.- Sabrina me sacó de mi nube.

-Si.- Entré en razón.

-Vení, te sirvo algo de tomar.- Ofreció.

Sabrina me llevó a la cocina y me preguntó que quería.

¿Sabes que quiero? Dejar de sentir todo esto, la amo, la amo con toda mi alma, verla así con Mateo me mataba de los celos.

Me quedó muy claro lo que siento por ella, cada vez que hablamos, o cada que la escuchó reír, o cada que la miró a los ojos, o sonríe, o, o la tenga cerca.

Yo sé que esto no fue nada repentino, desde antes ella me había hecho sentir así, pero obvio, como un re estúpido me seguía engañando a mí mismo.

Con un vaso de fernet en la mano, mi vista por un momento se perdió en cualquier lado mientras yo me perdía en mis pensamientos.

-Y... ¿Qué tal van vos y ___?- Sabrina intentó que le diera bola.

-¿Qué? ¿Yo y ella?- Le pregunté.

Bien, pero estaríamos mejor andando de la mano por un campo lleno de flores, flores de colores, o tulipanes, tulipanes que combinen con su belleza.

-De esa tarada ni me hables, me tiene los huevos llenos.- Mentí.

-Para, no hables así de mi amiga.- Sabrina intentó ocultar su felicidad después de escuchar mis palabras.

-Es la verdad. Bueno, vamos con los chicos.- Le dije.

-Iván, gracias por aceptar que seamos amigos.- Sabrina me agradeció.

-No, de na...- Sabrina me abrazó delante de todos, bue, cada uno estaba re en la suya igual.

-Sos el pibe más lindo que vi en mi vida.- Ella me besó.

No sabía como reaccionar ante su abrazó, menos cuando me besó. Ni siquiera la toqué para corresponder a su abrazo y nuestras labios ya habían chocado.

-Sabrina, qué haces? No te podes volver a enganchar con este nabo. ¿No te acordas de todo lo que te hizo?- Interrumpieron gracias a dios nuestro beso.

-No, ___, es que tengo que hablar con vos.- Sabrina intentó explicarle las cosas.

-Vos, forro de mierda, no te le acerques más, no sabes como te odio.- Ella se acercó a hablarme, me dolían sus palabras pero era la que me tocaba bancarme.

-¿Qué te metes vos? Es nuestro problema, ella sabrá que hacer con su vida.- Le respondí enojado.

-___ hablemos.- Sabrina intentó calmarla.

-¿No podes dejarla en paz? ¿Flaco, no viste todo lo que la hiciste sufrir? Sos un garca de mierda.- ___ me seguía insultando, ¿yo tenía que seguir el juego? Si.

-Nena calmate un toque, vos no sabes nada.- Intenté calmarla.

-Amor vamonos.- Mateo se la intentó llevar, a todo esto, él era el único que sabía todo.

Los dos, la parejita perfecta se fue. Sabrina me abrazó y me dijo que disculpara a su amiga.

Con esto, yo creo que todos estaban re seguros de lo mal que nos llevamos, ponele, espero que si, no quiero volver a hablar así con ella.

(...)

Pasó un mes aproximadamente desde la peleita medio fuerte que tuve con ___, todos se habían re comido el cuento, mejor para nosotros.

Me costaba tener que tratarnos así cada vez que habían conocidos, todos pensaban que nos odiábamos, que locura, yo acá muriéndome por ella.

___ ya había averiguado ciertas cosas sobre Sabrina, y según Sabrina, ella y yo estamos re bien, re pegados, re unidos, etc, no sé que boludes más.

En estás últimas semanas no me moría de celos, no es porque mis sentimientos hayan minorado, al contrario, crecieron muchísimo más.

Crecieron tanto como los problemas entre ellos dos (Mateo y ___), ella me contaba todo, se veía re triste por eso.


Amantes enemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora