Capítulo 2: Correo Electrónico

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 Team - Iggy Azalea

Isabella

Miré una, dos y hasta tres veces la pantalla del computador con la mandíbula a punto de salir de mi quijada. Actualicé la página principal del correo esperando a que se tratara de un error, pero el correo de la jugosa oferta de trabajo seguía ahí.

—¿Qué es esto? —me quité los lentes y no se trataba de una alucinación, era el jardín más espantoso que podía existir. Requería mucho tiempo y esfuerzo reparar este lugar, pero valía la pena, el cliente estaba dispuesto a pagar el doble para que deje ese jardín como nuevo.

Sin pensar hice clic en el botón de responder feliz con la idea de ganar esa recompensa, pero todas mis alarmas se encendieron al darme cuenta de que el correo era de hace tres semanas. Al estar con tantos proyectos no tenía mucho tiempo para revisar el correo electrónico.

Era una paisajista cotizada y encontrarme con tiempo libre para tomar otro proyecto era casi imposible. Firmaba contratos con meses de anticipación y con una fecha estipulada de inicio y término. Mis clientes siempre valoraban mi trabajo y me recomendaban por mi rapidez, nunca había entregado un proyecto tarde y siempre cumplía con los plazos estipulados.

Precisamente hoy había terminado el Jardín de la familia De Villiers. Mi amiga Gabriela me había contratado para que le hiciera un jardín precioso con plantas y flores por todos lados, quería que su bebé en camino creciera rodeado de áreas verdes en donde pudiera jugar. Así que por suerte había un cupo disponible para Hansel Becker, el hombre que me haría ganar el dinero de unos dos proyectos con solo hacer su jardín. Solo esperaba que luego de haberlo ignorado durante tanto tiempo siga interesado, hay algunos clientes que ante mi falta de respuesta buscan a otro y ya.

Moví los dedos lo más rápido que pude sobre el teclado disculpándome por el retraso de mi respuesta, mencionándole que mi agenda acaba de abrirse para un nuevo proyecto. Si sigue interesado que acordemos un lugar en donde podamos reunirnos, para hablar acerca de los requerimientos para su jardín.

Envié el correo y me levanté para ir a la cocina por algo de comida, pero al oír el computador sonar con un nuevo correo, regresé corriendo para ver si era mi ansiada respuesta. Al ver el nombre Hansel Becker y el asunto confirmación de remodelación de jardín, salté una y otra vez emocionada.

—Ok-ok-ok, cálmate Isabella —me dije, recuperando la compostura y abriendo el correo del hombre.

Estimada Señorita Villarroel:

Espero que se encuentre bien. Agradezco sinceramente su respuesta a pesar del tiempo transcurrido.

Quisiera confirmar que sigo interesado en que usted realice la remodelación de mi jardín. Por ello, la espero en mi casa mañana a las 10:30 a.m. Durante el día, le enviaré la ubicación exacta para que no tenga inconvenientes al llegar.

Quedo atento a su confirmación.

Saludos cordiales,

Hansel Becker

Al leer las breves palabras del hombre, sonreí, sonaba como un hombre bastante serio y caballero, como los pocos que quedaban en el mundo. No como el patán en la boda de Gabi, me había ofrecido sexo tan descaradamente que no pude evitar soltarle un buen puñetazo por ofrecido. Por hombres como él los odiaba a todos, estaban cortados por la misma tijera y molde, no había uno que se salvara.

Habían pasado tres semanas y aún no olvidaba su sonrisa juguetona, sus pestañas rubias y en cómo me reflejaba en sus ojos, como si fuera la mujer más hermosa que hubiera visto.

Intenta no enamorarte de mí, florecita EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora