Día 2: El elevador y la experta en arte

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Día 2: El elevador y la experta en arte

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Lo lleva de vuelta a la ciudad, solo que está vez transitan por un barrio mucho más lujoso que todos los anteriores por los que ha paseado el pecoso. Se encuentra recargado en la espalda del rubio mientras lo abraza por cintura para sostenerse mejor, ha permanecido callado durante todo el camino, pues sus pensamientos lo tienen bastante confundido, por momentos siente que le está fallando a su esposo al disfrutar tanto de la compañía y en otros piensa que estaría orgulloso de ver que lo ha hecho con tanta facilidad después de perderlo.

-Hemos llegado pecas, aquí es donde trabaja mi amiga la experta en arte - se sorprende al ver el enorme edificio frente a ellos, parece bastante lujoso, es todo completamente de cristal, por dentro los muebles son de piel de color negro y tiene algunos cuadros de arte que reconoce al instante. Baja de la motocicleta aún sorprendido por todo lo que se puede apreciar desde afuera. El cenizo se quita el casco, luego quita el del pecoso, lo toma de la mano y lo dirige hacia el interior- Si te parece impresionante por fuera, espera a ver como es la oficina de Momo - No dice nada, simplemente se dedica a analizar su entorno, cada cosa que hay en ese lugar debe costar miles de dólares -

Suben a un asesor conformado completamente de espejos, Katsuki pone el piso 30, el último, porque si, a su amiga le encantan los lujos. Una vez en marcha el aparato, se acerca hasta el pecoso para acorralarlo en una de las esquinas, cada vez que visita a su amiga, se imagina lo érotico que debe ser tener sexo en ese elevador, la sola imagen del pecoso completamente desnudo reflejado en cada pared hace que se comience a excitar. Toma la cintura del pecoso para acercarlo un poco más, lleva su boca hasta su mejilla para lamer sus pecas mientras repega su miembro contra el del pecoso, el cual también comienza a despertar ante las provocaciones.

-Si te digo que tengo un chingo de ganas de hacerte mío aquí y ahora para ver tus gestos en cada una de las paredes mientras te la meto, ¿Aceptarías? - la voz ronca, el tono érotico y las luces tenues lo hacen jadear, ¿Cómo decir que no cuando el hombre más sexy sobre la faz de la tierra te lo preguntar de esa forma? -

-S.. si.. - una sonrisa sínica se posiciona en los labios del rubio mientras aprieta el botón de Stop para detener el aparato justo en el piso 20, lo siente mucho por las demás personas, tendrán que arreglárselas con un solo elevador por un rato -

-Así me gusta pequeño pecoso, que dejes libres tus más bajos instintos - mirándolo fijamente comienza a desabrochar su pantalón, por el momento no lo quitará, solo necesita tener un mejor acceso - Sabrás lo que es el verdadero placer, la adrenalina intensifica todo - sabe que no es un lugar tan publico, pero aún así no puede desperdiciar la oportunidad de tomarlo, ya después lo convencerá para hacerlo en un lugar donde la adrenalina por ser descubiertos sea mayor, quiere llevarlo al límite para descubra por si mismo lo que le gusta y lo que no -

-Aaaah... Kac.. chan - Lleva una de sus manos hasta el interior del pantalón y luego del bóxer para terminar introduciendo en su interior uno de sus dígitos, el líquido espeso y caliente lo recibe dándole una muy acalorada bienvenida, para acallar los gemidos del pecoso comienza un ardiente beso, explora toda su cálida cavidad con su lengua, provocando que su dedo comience a ser aprisionado ligeramente con las contracciones placenteras -

-Ese estúpido apodo está comenzando a gustarme - se acerca hasta su oído para susurrarle lo siguiente mientras el pecoso comienza a dar besos húmedos en su cuello y llevando sus manos hasta el cierre de su pantalón para liberar su miembro - Si lo gimes de esa manera voy a terminar cambiándome el nombre solo para escucharlo siempre en tus labios -

-Aggggh Kacchan - saca el enorme miembro de su prisión para acariciarlo lentamente, extendiendo el líquido pre-seminal por toda la extensión, facilitándole el trabajo cuando comienza un suave vaivén con ambas manos, ocasionando profundos gruñidos de placer. Como acto reflejo y con la intensión de apresurar las cosas, pues sabe que deben apresurarse porque Momo los espera, mete otro dedo y luego un tercero para terminar de prepararlo, aunque con lo húmedo que está no cree que necesite demasiado para poder recibirlo sin dolor -

Mi ultimo regaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora