Decreasing Moon. [Fanfiction de la Saga Twilight]

·Capítulo 1: Primer aviso.

    ·Capítulo 1: Pimer aviso.

    [Fire in the water - Feist.]

    Recordé la decadente voz de mi padre diciéndome 'coge el coche, es para que estés más segura' justo en la decimo séptima vez que reboté contra el asiento. El camino de grava hacia la reserva era demasiado para los amortiguadores del volvo de mi padre. Él lo sabía, mi madre lo sabía, hasta un tonto sin idea alguna de mecánica lo sabía.. ¿¡Por qué, entonces, tenía que utilizar el maldito coche en vez de ir yo por mi propio pie?! Es más, ¿de qué peligros iba a salvarme éste maldito montón de hierro y goma? Yo era más dura que este coche y cientos como él juntos. Soberana tontería era, y aún así la expresión de mis padres al pedírmelo me hizo obedecer. Si lo llego a saber cojo el 4x4 de Emmett y me libro de tantos botes.

    [The antidote - St. Vincent.]

    Pero, bah, ¿Ya qué más daba? Me concentré en seguir el camino de graba durante los aproximadamente ocho kilómetros que separa nuestra casa de la de Jake.

    En silencio, el camino que resultaría fascinante, divertido e instructivo, ahora resultaba insoportable sólo por lo aburrido. Podría alargar la mano y encender la radio, pero temía no encontrar otra cosa que pop comercial o algún rap improvisado. Estaba demasiado acostumbrada a el distingido gusto de mis padres: suaves hondas dulces que inspiradas en genios como Bach, Beethoven o el favorito de mi madre, Debussy; me enseñaban las sensaciones que a mis pocos años de vida aún se me escapaban. Con la misma facilidad con la que Alice predecía el futuro, o con la que yo enviaba imágenes, ellos hablaban a traves de las notas. Un don tan o más grande que el mío propio. Era expectacular, y por eso no admiraba demasiado toda la música que pudiera salir de ahí.

    Sin pensarlo, tarareé una melodía que había oido susurrar a Esme esa misma mañana mientras ordenaba un poco la casa. Ésa, junto al ronroneo suave del motor, era mi única compañía hasta poder ver a Jake.

    [ Heart of Stone - Iko.]

   

    Había repetido lo poco que sabía de la melodía siete veces. Había recordado otro trozo de la canción, la había repetido sola otras seis, y después la uní a la anterior para poder crear un fragmento de unos treinta segundos. Lo repetí unas tres veces segidas, hasta que la melodía se cortaba en un punto y tenía que volver a empezar, rompiendo el clima que las notas creaban. Había estado tan concentrada en la tarea de recordar la canción que no me dí cuenta cuando pasé el territorio de la reserva, y me interné en la carretera que conducía al pueblo. Por eso, la gran cabeza peluda que ví a un lado del camino me llegó tan de sopetón que pegué un frenazo y las ruedas hicieron un ruido chirriante al deslizarse.

    Miré con atención la forma de la cabeza arenosa que me miraba con un extraño brillo en los ojos. Sonreí, hice un movimiento con la cabeza como saludo, y después otro señalando al pueblo que tenía ya a pocos metros. El lobo desapareció en la maleza.

    Seth.

    Hice el camino que faltaba con una enorme sonrisa en los labios. Y a pesar de llegar, aparcar y bajarme en un tiempo record y sin sufrir lesiones; Seth fue mucho más rápido que yo y ya me esperaba con los brazos abiertos cerca de donde había aparcado el coche.

    Sin pensarlo, y con una risa incontenible en los labios, me lancé contra él en un placaje en toda regla enmascarado de abrazo.

    --- ¡Seeeeeeeeth! --- Grité, agarrada a su cuello desnudo con una fuerza que habría demolido un muro de piedra. Me recibió una sonrisa y con los brazos abiertos, como siempre. --- ¡Hace siglos que no pasas por casa, ya te vale! Te echaba de menos. --- Le recriminé, mirándolo con el ceño fruncido.