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—Uff....—dejo salir un jadeo de mi boca— uhmmmm

Sostengo el cabello cobrizo de mi acompañante y lo tomo por un chongo, aprieto de este y lo jalo de vez en cuando al sentir tan gran satisfacción. Los labios de la mujer succionaban mi la punta de mi amigo, haciéndome morder el labio ante tal genial acción.

Estuvimos por unos 30 minutos así, hasta que por fin acabe de cumplir mi placer y acabar justo en su boca.

Oh, lo siento. Me presento, Morgan Dagger. El hombre más guapo, elegante y millonario de toda Romania. Tengo una gran empresa plantada, aunque solo es una fachada para dejar pasar mis mercancías por el mundo, tenía años haciéndolo junto a mi familia pero fui yo quien puso en alto el apellido.

Ya no temía de nada, no perdía nada y todos me daban el respeto que merezco. Soy un asesino, quería todo lo que los demás deseaban y no podían obtener; tan solo de tronar mis dedos tenía todo aquello en mis manos y solo para mí.

He hecho tantas cosas cuestionables, desde la muerte de mi padre ya no he sentido remordimientos; es lo que pasa por tener esta vida donde siempre tu vida será entre la muerte. Lo único bueno eran las riquezas y mujeres, me encantaba aprovechar de mi belleza y nivel para que cualquiera que deseara sus piernas ya estaban abiertas.

No me arrepentía de nada, no lo haría y no tenía motivo de porqué.

𝄐

—Robert, ¿tenemos algo? -Mencione bajando las escaleras del avión, después del largo viaje-

—Encontramos al hermano del señor Loughty -dijo a mis espaldas, siguiéndome al auto- organizo un evento para esta noche.

—Vaya, se da la vida de lujo. -dije sarcástico- Bueno, una visita no le iría mal. Consígueme entradas para todos en ese evento, iremos a cobrar un pequeño adeudo.

Subí al auto y el se fue en el copiloto. Manejo hasta la mansión que tenía en L.A , a donde fuera siempre tenía una de las mejores mansiones que tuvieran. Vaya idiotez es esa de hospedarse en un puto hotel aburrido con reglas.

Llegando exigí que trajeran los mejores trajes presentables; aparte de ir a arreglar aquel problema, iba también a disfrutar de la incomodidad que generaría aparte de cazar mujeres hermosas.

Hace unos años había hecho uno de los mejores tratos con una pareja ricachona, los Loughty. Era nuevos en la sociedad, por lo que se podría decir que fui la guía de ellos al entrar a mis negocios; todo era perfecto hasta que los imbeciles se les ocurrió robar parte de mi mercancía. Obviamente al enterarme no lo tome a bien, había puesto mi confianza en ellos para que terminaran tratando de verme la cara de imbecil.

Inmediatamente fui a su bello hogar, los golpee hasta verlos sangrar por el hocico y rogaran por piedad. Mi ego se hizo mayor, me gustaban tantos los ruegos que los deje intentarlo, aunque al final solo fueron un ejemplo para mis demás socios.

Corte sus cabezas y los puse de decoración en mi mesa, coloque mis límites y les asegure que su vida estaba más en mi manos. Desde ahí todo aquel que quisiera ser hacerse el payaso mi show, pasaría mi cuerda floja con tanto cuidado.

Luego de aquel disturbio buscaron mi mercancía, pero no apareció en ninguna de las propiedades de esa pareja. El coraje me inundaba de pensar que podían haberla replicado y enviado a nuevas partes; era mi negocio y era tan sagrado como para que otro bastardo se adueñara de él.

Así que aquí estamos, cobrando mi pendiente con el hermano del Señor Loughty.

—Se ve exquisito, Señor Mason. - dijo Robert observándome por el espejo-

—Lo sé, gracias por tu comentario Robert. -Mencione sonriente, mientras abotonaba mis muñecas- Vámonos, no quiero perder ni un minuto del Show.

Observe por última vez mi apuesta figura para acomodar mi saco y salir de mi lujosa mansión. El guardaespaldas abrió la puerta y subí de inmediato en la camioneta blindada. Tenía mucha seguridad, un hombre tan demandado como yo no podía andar por ahí sin protección.

Todo el mundo era mi enemigo, no necesariamente ahora pero en un futuro terminarán siéndolo.

—El Señor Loughty al parecer ya esta en el evento, ¿donde gustará verlo? -dijo Robert-

—En mi balcón privado, lo quiero solo a él. -mencione sonriente-

Tenía muchas cosas en mente, pero primero quería saber lo que me diría. Me parece divertido verlos crear excusas para evitar sus muertes, saber que sus últimos minutos de vida sean pidiéndome algo a mí, suena muy complaciente.

Al llegar al gran evento mire un montón de paparazzis, al igual que la gente que estaba ingresando con invitación en la mano para el Show. Baje con mi seguridad alrededor y Robert se encargo de entregar las entradas.

Cuando por fin entramos recorrí el lugar rincón por rincón, aunque admitía que mis ojos se desviaban por uno que otro bello culo que pasaba. Me daba tiempo para apreciar todas las mujeres, eran joyas hermosas que eran imposibles de no apreciar.

Nos guiaron a donde era mi balcón para agradecerle su servicio con un rollo de dólares de 100. Me senté en el sofá que estaba donde la barra que mostraba el gran escenario con instrumentos preparados.

—Espero que mínimo su último proyecto valga la pena, si no, lo mataré más por aburrimiento. -dije bebiendo la copa que tome-

—Ya viene en camino señor, gusta que prepare su navaja? -pregunta sacando la bolsa con mis cuchillos-

—Déjalos en la barra, veremos si me tienta. -solté una risa traviesa al final-

Me levante sacando mi saco y dejándolo en el sofá, mientras esperaba acababa la copa y observaba las bellas mujeres con vestidos extravagantes caminar por ahí.

La puerta se abrió finalmente, escuchando mis hombres decirle que entrara rápido. No mencionaba nada, parecía aun no captar quien era yo.

—Tanto tiempo Loughty. -dije serio- Supongo que me has de recordar. -mencione aún sin voltear-

—¿Qué? ¿Quién eres? -Tartamudeaba-

—¿No? -voltee sonriente- Soy quien le arrancó la cabeza a tu hermano!

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⏰ Última actualización: Oct 09, 2023 ⏰

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