Parte #4

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Al no ponerle fecha límite a Louis, definitivamente las cosas fueron cambiando y pronto comenzaron a salir más seguido, ya no sólo a la hora de almuerzo. 

Y como sus empresas estaban fusionándose tomaron eso como excusa para poder verse con más frecuencia de la que Harry hubiese permitido en el pasado.

En su defensa, Louis, era bastante interesante de conocer. Era divertido, alegre y amable. Pasar su tiempo con él era bastante refrescante.

Crearon una especie de rutina, debido a que Louis trabajaba codo a codo con Harry, que se convirtió en su favorita.

En el trabajo, se trataban formalmente, pero fuera de él hacían y deshacían a su antojo la disponibilidad que tenían con el otro. Por supuesto, se tomaban su tiempo para estar a solas y atender sus vidas lejos de su amistad.

Claro que existían límites que Harry trazó desde el primer segundo en el que fue consciente de que tan lejos que estaba dispuesto a llegar con el Alfa, lo mejor de todo es que Louis comprendió al igual que Harry comprendió los suyos.

Su rutina favorita consistía en reunirse en un bar o restaurante del que nunca habían escuchado, a veces iban de visita a la casa del otro y cocinaban juntos con un par de copas de vino y música que nunca antes habían escuchado, pero que era muy entretenida de escuchar. 

Pronto los meses fueron pasando y cada vez estaban más cómodos con la compañía del otro. Harry decidió involucrarlo más presentándole a sus amistades, Liam y Zayn se llevaron muy bien. Louis le presentó a su círculo de amistades también, Anna y Niall eran encantadores.  

Todo estaba yendo perfectamente bien. 

Hasta que un día todo se detuvo de golpe cuando se dio cuenta de que Louis era, o se estaba convirtiendo en algo mucho más profundo de lo que creyó. Y se asustó cuando las ganas de besar sus labios y querer tomar su mano se volvieron en una necesidad muy anhelada.

Se estaba enamorando de Louis. 

Si no es que ya se había enamorado de él.

Pero, al mismo tiempo, lo deseaba tan mal que quería mandar todo al demonio y arriesgarlo todo de nuevo. 

No sabía si Louis le correspondía siquiera.

Pero hubo algo... 

Fue una tarde de domingo, toda la familia y amigos de la familia Styles se había reunido para celebrar el cumpleaños número 56 de Benjamín. Harry había estado muy emocionado y se mantuvo todo el día muy contento. Ya llevaban más de seis meses de conocerse y de llevarse bien, por no decir excelentemente, y unos meses de comenzar a salir con más frecuencia.

Tom había contratado un set de fuegos artificiales especiales por el cumpleaños de su amado. Todos estaban maravillados observando cómo uno a uno explotaba y adornaban el cielo con sus luces de colores.

Louis tenía una copa de champán en sus manos que le extendió a Harry, estaba sentado en el columpio que tenían cerca del porche donde se podía ver a la perfección el espectáculo y se sentó a su lado, comenzando a balancearse suavemente.

—¿Tus padres siempre han sido así de unidos? —pregunta de repente.

Harry asiente mientras bebe de su champaña.

—Desde que tengo memoria—dice sonriendo—Se complementan el uno al otro, se entienden muy bien, incluso si son polos opuestos, se aman. Papá sigue buscando que mamá le diga que sí, lo invita a salir y le obsequia cosas. Mamá tampoco se queda atrás y cada año sin falta va en busca de sus flores favoritas, que aparecen una sola vez al año en primavera.

Frambuesas y Chocolate ||Larry||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora