- CAPITULO 5 -

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Una vez dentro puedo observar que el lugar es bastante simple pero con cierto toques de elegancia pensé que sería un bar de mala muerte pero no está nada mal.

— Objetivo en la barra
Dirijo mi vista a donde me indica Basilio y puedo observar a dos rubios de unos aproximadamente 30 años, nada mal pero no son mi tipo.

— Vamos por una mesa

Basilio opta por darles la espalda y yo quedo frente a ellos sé cómo llamar su atención pero antes pido un trago para ambientarme por supuesto

— No te embriagues Luisa

— Como digas querido

Después de unas muy pocas copas gracias a mi primito nos acercábamos a la pista de baile, comienza a sonar una canción con la que debo aprovechar en llamar su atención.

–Puedo moverme y bailar normal o  ¿Tú crees que se te pare si me pego mucho a ti?

–Baila tranquila eso no ocurrirá, no eres mi tipo

–Imposible siendo o no tú tipo algún efecto debo tener en ti

–Tienes el efecto de sacarme de quicio cada que abres tu boca

–Seguro que solo eso  provocó

—Si seguro ahora concéntrate a lo que vinimos

Pasan dos canciones más y ya logré llamar la atención de uno de ellos comienzo a lanzarle miradas coquetas que el muy idiota corresponde

— Volvamos a la mesa ya tengo su atención es hora que desaparezcas

— Te dejó en la mesa e iré al baño y será el momento que te acerques

Llegamos a la mesa y tomamos asiento frente a frente no pasa ni un segundo y ya tengo a  Basilio encima mío tomándome el rostro entres sus manos

— No jodas esto entiendes no hagas ninguna estupidez

—No seas tan afectuoso cariño se lo que hago y ya lárgate si

Lo veo alejarse rumbo al baño y no volteo a ver los dos hombres hasta que lo pierdo de vista y parece que ambos veíamos lo mismo porque lo que recibo es una pequeña seña de que me acerqué.

— A que hombre se le ocurre dejar a una preciosidad como tú sola en la mesa

— Hay hombres que no saben apreciar una buena compañía

— Pero hay otros que si sabemos hacerlo eso te lo aseguro preciosa por cierto soy Danilo

— Y yo soy Mario y tú eres...

— Luisa encantada de conocerlos y caballeros ¿Porque tan solos?

—Esperando buena compañía

—Justo llegó lo que pedían

—Eso ya vemos pero por favor déjanos ver más de tu hermoso rostro ese antifaz cubre mucho no crees Danilo

—Tienes toda la razón hermano déjanos verte Luisa

— Por supuesto que tienen razón caballeros — me inclino sobre el hombro de uno de ellos dejando mi escote completamente a su vista — Pero debe ser en un lugar privado antes que mi desastrosa cita llegue y arruine el momento

— Por supuesto preciosa vayamos a un sitio privado capaz ahí decidas mostrarnos  algo más que tu rostro

— Porque no, así aprovecho a conocerlos a fondo

Veo cómo ambos me recorren todo el cuerpo, avanzó con ellos por las escaleras que nos guían al segundo piso aquí hay varias puertas supongo que en una de ellas debe estar ese dichoso cuadro

La seductora del diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora