~Narra Isabelle~
—Oh, si— me senté para poder contar de mejor manera— ¡Hoy en la mañana se acaba de mudar un chico a la casa de al lado!
—Ajá, ¿Y?
—¿Cómo que “y” Ash?— me cruce de brazos— Si vieras lo bueno que esta— mordí mi labio inconscientemente— Imagínatelo, es alto, como del tamaño de Steve, cabello negro, músculos notablemente trabajados, brazo tatuado, rostro tallado por los angeles, rasgos asiáticos, ¡Dios mío!, Es un dios griego— solté emocionada— De solo imaginarlo me mojo
—¡Isabelle!, ¡Dios mío!
—¡¿Qué?!, No me vengas con que tú eres una blanca palomita
—No, pues no lo soy
—Entonces— rodó los ojos— Sabes que me imaginé…
—No me digas, déjame adivinar— la miré esperando una respuesta— Ya te has imaginado una vida a su lado, con 7 hijos y un perro
—No, bueno eso también, pero no es eso— negué con las manos— Me imaginé así los dos juntos, sujetando mi cintura fuertemente con sus brazos fuertes, que se le salten las venas, mientras me repite una y otra vez que soy suya— una especie de corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo de solo pensarlo— De solo pensarlo, se me eriza la piel y me estremezco
—Haz leído demasiadas novelas juveniles Isabelle— dijo negando con la cabeza— Deja de hacerte ideas locas en tu cabeza— golpeó levemente mi frente—
—¡Oye!— me toqué el área afectada— Respetame, soy mayor que tú
—Solo por casi un mes, no exageres— la miré mal—
—Bueno, ya— rodeé los ojos— No me digas que tú no te lo haz imaginado con tu profesor de piano
—Querida Belle, déjame decirte algo— dijo riendo—
—¿Qué pasa?
—No solo me lo eh imaginado— la miré con los ojos abiertos y casi me atragantaba con mi propia saliva—
—¡¿Qué?!, ¡Ashley!
—¿Qué?, ¿Qué tiene de malo?— se encogió de hombros—
—¿Cuándo pensabas decírmelo?
—¿Hoy?— la miré con los ojos entrecerrados— No me dejaste hablar Isabelle, que querías que hiciera
—Culpa mía— asintió— Entonces, cuéntame......— la miré atentamente—
—Bueno, prepárate— asentí y me acomode de mejor manera para escuchar su relato— Verás, todo sucedió un día que fui a mi clase de piano…
~Narra Jeon~Había llegado hace apenas unas horas a Humboldt, el condado de California donde sería mi nuevo lugar de residencia. Escuché decir a YoonGi, que vivía cerca de aquí, lo que me hace sentirme un poco menos nervioso de empezar mi vida aquí.
—Puede dejar mis cosas ahí por favor— le indiqué al señor de la mudanza—
La verdad es que hablar inglés se me hacía un poco complicado, ya que, dicho idioma nunca fue mi fuerte. Pero si iba a vivir varios meses aquí, lo mejor era que me fuera acoplando a esto.
—¿Necesita que subamos la cama a la habitación?
—Si me podrían hacer ese gran favor se los agradecería— asintió y con ayuda de dos chicos jóvenes subieron el colchón y la base de este, a la habitación principal—
Después de pagarles por sus servicios se retiraron, no sin antes darme una tarjeta de presentación y despedirse amablemente.
—Creo que este ambiente comienza a gustarme— aspiré el aire, dándome así un nuevo comienzo, una nueva etapa de mi vida, un nuevo camino que debía recorrer—
~Narra Isabelle~
Hace unas horas había salido de clases, y ahora me encontraba horneando un pastel, que papá me pidió, para darle la bienvenida al nuevo vecino. Había intentado que quedara lo mejor posible, por qué como dicen, al hombre hay que conquistarlo por el estómago, entonces mi plan era prepararle el mejor pastel de vainilla que jamás haya probado.
—¡Esta delicioso!— dije probando el glaseado que iba a poner encima del pastel— Si no lo conquistó de esta manera, no se que haré para tenerlo a mis pies
En mi cabeza, comenzaban a crearse miles de historias sobre como podíamos llegar a enamorarnos, siempre terminando con un final juntos, mi fantasía se vio interrumpida por el sonido del reloj, indicándome que había pasado el tiempo exacto para sacar el pastel del horno.
—¡Esta listo!— lo saqué del horno y espere a que enfriara para poder ponerle el glaseado y escribir una frase de bienvenida para el sexy vecino—
Una vez que lo termine, lo puse dentro de una caja de cartón, y salí rumbo a la casa de al lado. No iba a mentir, mis nervios estaban al mil, y mi corazón latía como si fuera a darme un infarto, pero me contuve y toqué aquel timbre de aquella casa.
Esperé unos dos minutos y después de aquel tiempo se abrió la puerta, dejándome ver su silueta perfecta.
—¡Hola!— dijo con voz amable, solo esa simple palabra y podría jurar que mi pantaleta ya se encontraba totalmente mojada, por la extraña sensación que me hacía sentir su melodiosa voz—
—H-hola, soy tu vecina……
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The next door neighbor
Fiksi Penggemar-¡Ashley!, no me lo vas a creer -¿Qué pasa ahora Belle? -Se acaba de mudar un nuevo vecino al lado, y está.....para morirse -No puede ser- rodó los ojos- No me digas, ya te enamoraste de nuevo- asentí a lo que ella suspiro rendida- Disclaimer: Es...