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Sami se encontraba en la casa de los Witwicky cargando todas sus maletas en el auto ya que iría a la universidad con su amigo Sam.
-¡Vamos, todos a cubierta! Frankie, Mojo afuera, vamos que se nos hace tarde- Ron gritaba mientras salia cargando cajas
-¿Por qué la prisa de desaserte de mi eh? ¿Alquilaste mi habitación?- Sam habló mientras seguía a su padre
-No, tengo otras ideas que riman con cine en casa- empezó a reir
Sami bajó las escaleras y se encontró a Judy llorando mientras miraba a la ventana
-Judy ¿estás bien?- miró preocupada a la mayor
-Mira lo que entontré, son los zapatitos de Sam- la castaña se acerco a abrazar a Judy
Sam entró a la casa y vió que su amiga consolaba a su mamá
-Encontró tus zapatos- la castaña susurro en dirección al chico, para luego separarse
-Ay ma...- se acercó a la mujer quien empezó a abrazarlo de todas las formas posibles
-Mi hermoso bebé, no te vayas- rogaba
-¿Ves papá? Así debes reaccionar cuando el fruto de tus entrañas se lanza solo al mundo crúel- Ron se giró confundido
-Si, se me rompe el corazón, sufro- no le dió impprtancia y fue a acarrear más cajas
-Tu y Sami tienen que venir todos los días de azueto, en vacaciones y Halloween- secó sus lagrimas
-Señora Widwicky no podemos venir en Halloween- la castaña la miró
-Entonces iremos..
-No puedes..
-Claro que no iremos- Ron gritó mientras agarraba unos palos de golf
-Si iremos, iremos disfrazados, nadie nos va a reconocer- la mayor seguía hablando mientras Sam intentaba hablarle
-Judy, ya dejalo respirar, sueltalo- Ron habló cansado. Judy comenzó a llorar más- Vamos, ve a empacar, no será un viaje de un mes, anda- empezó a aplaudir las manos apurando a la mayor