Positions

2. El jefe

Jackson Nerón Urriaga

Mierda no hay toallas

- ¡Ey chicos! - Grite para que me pudieran escuchar desde las otras habitaciones.
...
- ¿Hugo?... ¿David? - Donde coño estan estos. - ¡Ey Aurelio, espera!

- ¿Que sucede? - Me pregunto exhausto.

- Me iba a duchar, pero no encuentro las toallas. ¿Sabes donde puedo encontrar?

- Qué raro. ¿No están al lado de la pica?

- Que va, he mirado por todos partes y nada.

- Me las habré olvidado, perdón. Ves al baño común ahí seguro que hay, en un armario blanco de madera.

- Vale, gracias.

- Cualquier otra cosa me dices Nerón y discúlpame por las molestias.

- Tranqui, pero es Jackson.

- Ay, tus hermanos me dijeron que te llamabas Nerón.

- Y me llamo, pero es mi segundo nombre, no me gusta mucho así que mejor llámame Jackson.

- Entendido Jackson - me guiño el ojo.

- ¿Ah, por casualidad sabes a donde han ido?

- Salieron a dar una vuelta, me dijeron que no tardarían.

- Se van sin avisar, cabrones - susurre

- ¿Que dices?

-Nada nada, gracias, puedes retirarte. - Hizo una pequeña reverencia y se dio media vuelta.

...
Armario de madera... blanco... donde coño esta.

- A tu derecha guapo - escuché orientarme una voz femenina, al momento deduje que sería la tal Gala esta, que pereza.

- Gracias- agradecí sin girarme agachándome a coger la toalla del armario pequeño que estaba en el suelo.

- De nada - dijo pasando por mi lado, cogió un peine y se marchó.

- Me levanté intrigado ya con la toalla en mano a mirar como se iba, vaya pava, y vaya curvas.

Gala

Las siete y media ya, mierda, me he dejado el peine en el otro lavabo, no me va ha dar tiempo.
Salí al pasillo y vi al señor Aurelio hablar con un chico alto vestido todo de negro con los brazos cubiertos de tatuajes.

- Nada nada, gracias, puede retirarse- escuche que le decía y acto seguido cada uno se fue hacia un lado.

- Mierda, va al lavabo.

Iba a esperar a que saliera pero ya han pasado cuatro putos minutos y el niñato sigue dentro, se que no es mucho pero para media hora que tengo no puedo perder mas de cinco minutos, fui hacia la puerta donde le vi buscando desesperado algo.

- Armario de madera... blanco... donde coño esta. - le escuché decir al aire. Habla solo el niño

- A tu derecha guapo - le oriente

- Gracias- ni si quiere se giró, borde de mierda.

- De nada - cogí el peine y me fui a la habitación.

...
No me pienso maquillar mucho, ni planchar el pelo además aun no se me ha secado y paso de estar con el secador hace mucha calor, odio el verano.
Son las ocho menos diez. Me acabe de poner las bambas y decidí ir ya dirección al vestíbulo.

Llegue y estaban dos de los hermanos sentados en el sofá, les rodeé y me senté en el sillón.

- Eyy - Me saludo el que parecía pequeño con una sonrisa de oreja a oreja - ¿Que tal? - pregunto mientras su hermano le daba un codazo sonriéndome haciendo como que no le decía nada, mire para otro lado mientras escuchaba que hablaban entre ellos. Patéticos.

- ¡Holaa! - se abrieron las puertas bruscamente y seguidamente entró mi padre, Aurelio salió corriendo hacia el nervioso.

- Señor Veinez, no me aviso de que ya estaba, quiere algo?

- Gracias Aurelio pero esta todo bien - rápidamente se apartó dejándole paso y papa se encaminó a nosotros - ¿Aquí no falta uno?

-Si si, Jackson, debe de estar en la habitación, se le habrá pasado la hora.  ¿Voy a buscarlo?- se levanto uno de los hermanos agitado.

- Déjalo, ya vendrá, quería informaros de...

- Perdón perdón, disculpar el retraso, tuve un problema para encontrar las toallas- interrumpió el que faltaba acomodándose el pelo mojado con la mano. Se sentó en el sillón al lado del mío. ¿Que hace?

- Oh aquí estás, tranquilo, ahora que estáis los tres prefiero que os presentéis primero bueno, esta es mi hija Gala - dijo señalándome mientras yo formé una sonrisa seca - tiene 19 años y va a ser vuestra compañera, espero que os sintáis agusto con ella y os podáis entender bien ya que os vais a tener que ver la cara muchas veces al día, así que, que mejor que un poco de alegría- dijo irónico y alegre haciendo señal de que les tocaba a ellos.

- Yo soy Hugo el mayor de mis hermanos y estos son Jackson y David - presento

- Encantado ¿Que edad tenéis ? - no se para que necesita tanta información

- Yo 21 señor, y mis hermanos 19 y 16 - respondió señalando primero al que estaba sentado a mi lado y luego al de su derecha para poder indicar que edad era la de cada uno.

- Perfecto, esta tarde tenéis una fiesta de pijamas, tu David entrarás con Gala

- Que dices papa - dije impactada por la inesperada noticia, como que una fiesta de pijamas.

- Es el cumpleaños de la princesa Nerea y monta una fiesta de pijamas en la casa real, eso significa que el rey se ira para darle un poco de espacio a su hija. Sin padre no hay obstáculo, la mitad de los guardias o al menos los más fuertes se irán con el así que es el momento perfecto para entrar y coger la kriptonita.

- Pero digo yo que si es tan importante la piedra, no la habrán dejado ahí sin vigilancia, se la habra llevando con el, no? - cuestionó el mediano

-Eso es lo que quieren que pensemos pero en realidad la kriptonita seguirá en el palacio - le respondí yo mientras nos mirábamos cara a cara.

- Así es hija, por eso una vez estéis dentro ya integrados en la fiesta tu Gala dirás de ir al baño pero en realidad le abrirás la puerta a Jack y a Hugo para que ellos puedan ir al lavabo de la zona oeste que es donde supuestamente está la caja fuerte, mientras Gala, esperarás a escuchar la música a tope que pondrá David porque ¿Que es una fiesta sin rock ?
En ese momento Gala darás la señal de que pueden empezar a taladrar.

- Espera espera, ¿Y los pocos guardias que queden ?

- Eso quiero que me enseñéis de lo que sois capaces, así que ya veréis como os deshacéis de ellos, acordaros que no seremos los únicos que aprovecharemos esta oportunidad, tener los ojos bien abiertos.

Ring Ring Ring Ring Ring
Empezo a sonar una alarma

- Me voy, cualquier cosa le preguntáis a Gala que ya sabe cómo van las cosas - todos nos quedemos sin palabras intentando procesar la información viendo como Aurelio le acercaba la americana a mi padre y empezada a abrirse camino a la puerta. - ¡Nos vemos mañana por la mañana, espero veros a vosotros y a la kriptonita! - se cerró la puerta.