► 𝐼𝑚 𝐼𝑛 𝑁𝑒𝑒𝑑 ◄ ᵂᴵᴸᴸᴵᴬᴹ ᴬᶠᵀᴼᴺ ˣ ᴿᴱᴬᴰᴱᴿ (Cancelada)

⋆ ᴀʏúᴅᴀᴍᴇ.

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Lo único que quería llorar, gritar y, si era posible morir, pero soy demasiado cobarde para suicidarme.

Estoy cansado de todo.

"¿De qué? Si ni haces nada"

Cállate.

Sí, estoy hablando con alguien, conmigo mismo. Pero juraría que hay alguien dentro de mi cabeza, que no soy yo.

Voy de camino al trabajo, mi turno comienza a las 7:00 p.m, la única razón por la que elegí este horario es porqué no puedo dormir, así que, si voy a desvelarme que sea por que estoy trabajando.

Llegué al bar, me puse todo lo necesario para comenzar a atender a los clientes como de costumbre.

Llegó el primer cliente, tomó asiento en la barra y comencé a atenderlo con la misma sonrisa característica que teníamos que llevar todos los bartender, por que, además de saber preparar vinos, licores y elaboración de mezclas, debemos tener psicología y empatía. Conocer los gustos de los clientes y hacerles sentir protagonistas de nuestras vidas.

Mientras lo atendía, esa voz en mi cabeza seguía ahí, físicamente estaba haciendo cócteles, mientras que mentalmente estaba siendo atacado por mi propio subconsciente.

No me dí cuenta hasta que tiré la mezcla de vinos de la coctelera mientras la batía.

"Inútil"

-disculpa, ¿que dijiste?"- pregunté al hombre que estaba sentado en la barra enfrente de mí.

El hombre solo me miró con confusión, frunció el ceño y fue a otro lado de la barra para ser atendido por alguien más.

Sucedió de nuevo. Las voces en mi cabeza sonaban tan reales, que no podía distinguir si era solo mi mente jugando conmigo, casi siempre pasaba este tipo de vergüenzas con la gente, tanto así que cada vez que me dicen algo hiriente referente a mí, me quedo callado por que no sé si de verdad lo dijeron, o fue esa voz en mi cabeza.

Mientras más noche se hacía, más clientes llegaban, estaba acostumbrado sinceramente.

Hice todos los pedidos que tenía, no había nadie en mi lado de la barra por ahora, por lo que me dispuse a limpiarla con mi trapo.

Ví que llegaron dos hombres, iban riendo, ya sabes, la característica risa de los hombres ricos, delicada y "formal"

Uno llevaba un traje naranja, un tono no tan vivo pero no tan apagado, algo grisáceo.

El otro llevaba un traje morado, pálido y a penas se distinguía el color morado.

desde primera vista en sus trajes, me dí una idea clara de sus personalidades.

Llegaron y se sentaron enfrente de mi lado de la barra, uno se apoyó en esta, hablándome con una sonrisa educadamente.

-"dos porciones de la bebida más fuerte que tenga, por favor!" - dijo el hombre del traje naranja, con un tono carismático.

-"en seguida" -respondí, con la misma sonrisa que tenía que mantener.

Todos los ingredientes estaban en mi mente, tenía la idea perfecta del cóctel que les daría.

"Hierbabuena"

La hierbabuena no solo aporta aroma, sino también el sabor, y Dios mío, que toque le da.

"Zumo de limón, 3/4"

Le dará a la bebida ese sabor fresco en el paladar.

"Mermelada de uva"

Con el dulzor de la mermelada nos puede ayudar a encontrar un equilibrio cítrico dulce en la bebida.

"Grappa"

El aroma y sabor de este es intenso, gracias a su proveniencia italiana, el toque fuerte perfecto.

Agregué hielo y a agité la mezcla en la coctelera, a veces hacía malabares con este, y esta vez no fue la excepción.

Lo distribui en ambas copas, para decorar creé una espuma de vino tinto, al final agregué las hojas de hierbabuena encima de la espuma.

-"dos porciones de Grappa para los caballeros" - dije, mientras les dejaba ambas copas en la barra.

Los hombres miraron con aprobación la bebida, esperé a que lo probaran y su primera reacción fué cerrar los ojos gracias al sabor fuerte que el alcohol proporcionaba.

Minutos después ya tenía más de 5 pedidos de la misma bebida por los mismos hombres.

-"maldita sea, esto sabe genial" -dijo el hombre del traje morado, dándole otro trago a su copa.

Asentí con la cabeza, mientras mantenía la misma maldita sonrisa. Ya cansado de estar sonriendo todo el rato.

Los hombres no dejaban de pedirme tal bebida, era casi la 1:00 a.m y ellos seguían aquí, tanto así que tuve que negarme a prepararles más Grappa, si se llegan a emborrachar no quiero que salgan demasiado tomados y manejen en ese estado de ebriedad.

Me pagaron y se fueron, entregué el turno y el bar cerró, iba caminando para salir del local, cuando encontré tirada una tarjeta de la famosa pizzería "Freddy's family dinner"

En la tarjeta estaban estos dos hombres, recordé cuando los vi en televisión un día, estaba tan concentrado en hacer las bebidas que ni siquiera me dí cuenta de que eran ellos, guardé la tarjeta por si acaso.

Cuando llegué a mi casa lo primero que hice fué cerrar la puerta e irme a mi cama, estaba cansado.

"Mañana será otro día"

Miré el frasco de antidepresivos que me habían recetado, tomé una como siempre hacía.

Miré en el interior del bote había más pastillas.

"Hazlo"

Maldito cobarde.

"Hazlo"

Esa voz sonaba en mi cabeza una y otra vez, comencé a desesperarme y mi ritmo cardíaco comenzó a aumentar cada vez más.
Tuve que aventar el bote a la pared, las pastillas se esparcieron por toda la habitación.

"Maldito cobarde"

Mi miedo no era tomarme esas pastillas, mi miedo era despertar de nuevo.

"Mañana será otro día"

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