Prólogo

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- Recuerda Bell, lo que más da miedo son los monstruos comportándose como humanos, el monstruo tiene un comportamiento típico, el ser humano es un ser impredecible, traicionero y corrompido - Un hombre con una frondosa barba, canosa, demostrando el paso de sus años en vida y su sabiduría.

- Abuelo, ¿Por eso los héroes pierden contra villanos? Si realmente son monstruos con capacidad de sentir ¿no sería al revés? - Ésta vez era un chico de pelo blanco el que había hablado.

- ¿Realmente piensas así, Bell? Si bien mi edad dice lo contrario, conozco poco de nosotros, los humanos, si esa es tu opinión, realmente tienes la mentalidad de un héroe, pequeño caballero, un gran escudero de alguna bella dama ¿O quizás mas de una?

- ¡¡¡ABUELOOO!!!

El abuelo le revolvió el pelo a su nieto sonrojado hasta las orejas, en forma de cariño, mientras lo cargaba para llevarlo a la cama y recostarlo, si bien el jóven no estaba dormido, ni con sueño, eran altas horas de la noche, y ya le había contado la historia de héroe apra dormirse diaria, era parte del trato que tenía con su jóven nieto.

- ¿Mañana me contarás otra historia de humamonstruos? - Exclamó con hiperactividad el pequeño.

- ¿Humamonstruos? Buen imaginación, Bell.
El tiempo lo sabrá, ya lo verás mañana - El ya sabio hombre se retiró de la habitación apagando la vela y girando el pestillo de una gran puerta de roble.

El chico de cabello blanco quedó sumergido en la oscuridad, mientras cerraba los ojos y se rescostaba más cómodamente se sumergía en sus pensamientos, pensando como podría llegar a ser un gran aventurero, con grandes aventuras y obvio, siendo el héroe que salve el mañana en todas ellas.

Quizás era todo imposible, pero dentro de él, sentía que ese era su futuro como persona...

...

El hombre ya en sus 70's cerró la puerta de su habitación, una gran cama, una ventana que daba con el gran campo y la aldea, dentro de la habitación había una pequeña mesa de luz y un gran ropero de roble.
Pero lo que destacaba era una gran puerta de roble, de casi dos metros y medio.
Dónde Bell nunca había entrado, y donde el anciano guardaba todos los viejos recuerdos y cosas peligrosas para Bell.
Sacó de la mesa de luz la llave de la Gran Puerta, introdució la llave de metal, con toques en plateado y algún que otro lado oxidado debido a la vejez y humedad.
El mecanismo rechinaba mientras giraba la llave, de la cual tenías cada vez ejercer más fuerza para hacer cada giro.
Después de unos segundos abrió la puerta, mostrandose armaduras, banderines con un logo en grande en el medio, algunas telas de los banderines quemadas, espadas oxidadas, arcos del material más alto de madera, escudos forjados por los herreros enanos de más alto nivel, que seguían impolutos, y aún así estando llenos de polvo seguían brillando, impolutos en casi su totalidad.
Al final de la habitación se veían dos armas que brillaban y parecían destacar entre todos los objetos de la habitación, setros, espadas, espadones, estoques, hachas, escudos, armaduras, arcos, mazas, etcétera.
Éstos dos objetos, eran un cuchillo de mediano alcance el cual era de un color totalmente oscuro azabache, éste tenía unas letras en latín, un idioma comprendido solo por los Dioses más longevos, y al lado una espada, con toque de estoque, el cual intermediaba de peso entre dichas armas. Al lado una funda de cuero y plata, que parecía ser comida por el polvo poco a poco.

El ya hombre entrando a su etapa anciana, sopló la funda de la espada sacando polvo y tierra, tomó la espada y la encajó en su lugar, agarró el cuchillo con cuidado, que desprendía de un filo tan grande que si se le caería quedaría insertado en el piso hasta el fondo.

Ambas armas serían guardadas abajo de la cama del viejo.

[...]

- Y esa es la historia de estas armas, Bell. La espada era de tu padre, el cuchillo era un regalo mío para tí cuando cumplas los 14 años, yo ya estoy viejo Bell, tienes que viajar a Orario, allí lograrás grandes cosas, no puedes estar en este pequeño pueblo toda tu vida, estás destinado a ser un héroe... - El viejo le hablaba a un ver que quedó absorto visualizando las armas.

¿Demons?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora