En tu puerta trasera gritando porque quiero entrar.
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& ¡SooBin! —llegue gritando angustiado—.
Porque si me preocupo por ti, te amo.
Porque si lloro por ti, te amo.
Porque si estoy de nuevo frente a esta puerta, te amo.
Como pude rompí el vidrio de la hermosa puerta que amaba metiendo mí mano para abrir.
Cuando logré entrar, corrí a la cocina pues ahí es donde estaba nuestro teléfono.
Te miré llorando de dolor oprimiendo tú pierna, la cual sangraba.
— ¡¿YeonJun?! —sonreíste con tanta ternura ignorando la situación en la que estabas, sin importarte estar derramando sangre—.
— Amor vámonos, necesitas ayuda.
Tomé mí bufanda y la amarre en tú pierna para impedir que sangraras mucho más, recuerdo haber sido el hombre más fuerte de este mundo en ese mismo instante, te cargué entre mis brazos y salí corriendo contigo al coche.
Estaba volviéndome loco esperando noticias tuyas, habías perdido demasiada sangre y todo era culpa mía, mí culpa por no haber llegado más rápido y por haber terminado contigo.
Yo era el culpable de que estuvieras herido en el hospital.
Después de horas lamentándome en la sala de espera me indicaron que podía entrar al cuarto a verte.
Corrí para encontrarme contigo.
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