「Prólogo」

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Ellos no necesitan una marca sobre la piel para tener los beneficios de está, pues tenían su manera única de mantenerse unidos, ya que aquellos ojos, antes hermanos, ahora amantes, les otorgaban los prohibidos lazos de sangre

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Ellos no necesitan una marca sobre la piel para tener los beneficios de está, pues tenían su manera única de mantenerse unidos, ya que aquellos ojos, antes hermanos, ahora amantes, les otorgaban los prohibidos lazos de sangre.

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En tiempos antiguos, dónde la guerra era la vida de todo ser vivo en la tierra, en un clan, con la maldición del odio en sus ojos, se hizo algo fuera de lo común.

Los lazos estaban prohibidos, pues un lazo es tan fácil de rastrear, que solo significaba debilidad, pero aquella pareja tan enamorada quería hacer algo para marcar su amor, aunque no fuera frente al mundo.

Los amantes, bajo la luna carmesí y heridos de muerte se arrancaron los ojos, entregándose todas sus fuerzas y sentidos al otro, pues la vida no valía la pena si no podían sentir a su compañero de vida.

Días después se encontraron ambos cuerpos, solo con las heridas qué los mataron, no había rastro de que se hubieran desecho de sus ojos, como según había declarado un testigo.

En la autopista todo fue aún más confuso, pues los pares de ojos se habían intercambiado, aunque no había rastro de la más mínima herida en las cuencas de los amantes, es como si aquellos ojos, no suyos, se hubieran complementado perfectamente con los cuerpos.

Aquella historia fue de boca en boca en el clan de ojos de sangre, y pronto, una pareja joven del clan había sido encontrada a la orilla del lago, inconscientes.

Aquella pareja no tenía ninguna herida, no había signos de que se hubiera derramado sangre, pero cuando despertaron se abrazaron con vehemencia, se aferraron al otro, algo había cambiado.

La pareja había conseguido lo que los primeros amantes no pudieron, un lazo invisible, pero más fuerte que el que marca la piel, algo que no se puede detectar. Rápidamente dominaron el campo de batalla, pues tenían la fuerza de ojos de sangre y la sincronización de la marca que tenían prohibida.

Años después, con la herida mortal de una daga atravesando un corazón, dos se detuvieron.

Eso eran sus lazos rojos, unión, marca.

Una maldición que convirtieron en bendición, pues podían morir juntos con sus lazos de sangre.

Una maldición que convirtieron en bendición, pues podían morir juntos con sus lazos de sangre

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「Publicado: 23/Agosto/2023」
「Palabras: 366」

「Lazos de sangre」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora