「Lazos de sangre」

「II」

La puerta fue cerrada por Minato atrás de los niños, los cuales estaban ansiosos, pues ese, ese momento definiría su futuro.

—No tengan miedo — les susurro Minato, soltando aquel olor a verano que tranquilizava. Solo así, Rin dejo de temblar.

La habitación no tenía mucho en especial, pues lo único en el lugar era que en el medio de la estancia circular había una mesa rectangular con cuatro tubos con líquido grisáceo.

—Primero, voy a hacerme la prueba yo, para que vean cómo funciona, ¿Está bien? — los tres infantes asintieron.

Namikaze se coloco atrás de la mesa, a un lado del otro omega.

—Esta es una prueba de sangre, es la única que se puede hacer a edad temprana — empezó a explicar Katō para los niños —, pues las pruebas de feromonas se hacen cuando ya se manifiestan por completo, osea después del primer celo — su mano agarro uno de los tubos y lo presento —. Esto es un químico creado especialmente para la sangre, pues cuando una sola gota de sangre toca este químico delata la casta — le quitó la tapa al frasco y lo regreso a su sitio —, pero es peligroso, es como un ácido extremo, derrite la piel al tacto, por eso no se utilizaba con anterioridad, pero después de que se le vio la utilidad se empezó a utilizar — aclaro con severidad —. Ahora les mostraremos como funciona el examen — le dió a Minato una pequeña aguja.

Namikaze se enterro el pedacito de metal en la piel de un dedo de su mano desocupada y cuando los delgados hilos carmesí empezaron a salir de la herida extendió el dedo al tubo abierto.

La gota de sangre cayó en el químico plateado, manchando levemente su color puro, pero en solo unos segundos pareciera que la sangre bañaba el líquido, pues todo el químico empezó a teñirse de rojo, cuando la mitad del tubo ya era rojo se pasó a violeta y cuando solo quedaba un pedacito de plata el azul se adueñó por completo del químico.

—Vaya — murmuró Hatake, frunciendo las cejas.

—Como pueden ver, el azul significa omega — le pasó una bendita a Namikaze —. Si se queda en morado es beta y si permanece en rojo es alfa — agarro otra aguja —. Si no tienen dudas, ¿Quien quiere ir primero? — sonrió con amabilidad, aunque la aguja que les extendía no parecía tan amable.

—¡Yo quiero! — un poco sudoroso por los nervios pero aún muy energético dió un paso al frente el cachorro Uchiha.

Agarro el pedacito de metal y se lo enterró en el dedo como su sensei, levantó la mirada y vio el recién abierto tubo de líquido plateado. Copiando a su sensei extendió el dedo sangrante y dejo que la gota de sangre se fusionará con el químico.

El color rojo empezó a teñir el plata, pero paso algo curioso, no cambio su color, pero el rojo casi chillón que tenía el principio se oscurecia más y más, hasta que el carmesí manchaba todo el líquido.

Ambos adultos se miraron unos momentos.

—Muy bien Obito, eres un alfa — le aclaró pasándole una bendita.