4- You rock my world

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2  Alphas totalmente extenuados estaban tratando de recuperar el aire en sus pulmones.
Estaban abrazados el uno al otro sin dejar de acariciarse.
Vante podía oír en el pecho de su amado, como su corazón latía desbocadamente.
Mientras Nochu olía esas dulces feromonas que le decían lo mucho que lo querían.
Y sintieron que todo el tiempo que pasaron separados no fue perdido porque se pudieron entender en otro nivel.
Nochu decidió cortar el placentero silencio

- Siento si rompo este momento en el que me quisiera quedar más tiempo pero oigo gente en los pasillos y puede que vengan a rescatarnos.

Vante se reincorporo ante lo dicho y trato de oír lo que el azabache le mencionaba, efectivamente se oía gente siendo sacada del edificio y gente que podrían ser bomberos dar las indicaciones para evacuar.

- No tomes lo que voy a decir como un arrepentimiento-  continuo diciendo el azabache y el corazón del Peliazul tuvo una pequeña pausa dolorosa.
- Pero deberíamos liberar feromonas distintas a las que se oleran cuando entren-  sonrojando se al decirlo.
Vante sintió un alivio y una ternura al oír y ver a ese lindo azabache que ahora sostenía su mano.

- Concuerdo con lo que dices y agradezco que seas sincero al expresarte, yo tampoco me arrepiento de lo que pasó y quiero poder seguir estando así con vos.

El azabache mostró una tierna sonrisa mostrando sus incisivos superiores haciéndolo parecer más tierno.

Se separaron y trataron de concentrase en la tarea de cambiar el aire, si estuvieran juntos y tocándose les sería mil veces más difícil  de  emanar una fragancia distinta porque estaban sumamente enredados en sentimientos hacia el otro.
Lograron su cometido justo para cuando se oyó del otro lado la orden de alejarse de las puertas de metal una vez que los encontraron.
Cuando las puertas fueron abiertas y la luz del día asomó, ambos quedaron cegados sin entender mucho de lo que había en el exterior.
Fueron sacados en direcciones separadas haciendo que sus lobos auyaran en desaprobación.
Los atendieron en ambulancias separadas donde podían verse el uno al otro sintiéndose cuidados de tenerse.
En medio de su cruce de miradas los padres de Nochu llegaron a dónde estaban, sumamente preocupados y con un Jin muy alterado.

-¿ Hijo estás bien?!
Fue el tono alto de su papá Jin el que lo saco de su ensoñación.
Fue inspeccionado en cada rincón por este con una desesperación latente.

- Estoy bien papá, no tengo más que unos pequeños rasguños.

- SEP, claro, unos pequeños rasguños.
Dijo Nam observando otra ambulancia donde cierto peliazul bajaba la vista y jugaba con sus dedos.

Esto no paso desapercibido por Nochu que sonrió tímido hacia sus padres.

El médico que atendió a Nochu se acercó a decirle a sus padres que se podía retirar bajo la tutela de un mayor y que no había nada grave con él.
Jin claramente respiró aliviado poniendo su chaqueta en los hombros de su hijo y lo encaminó hacia el auto.
Una vez sentado en este, sus ojos no podían separarse de cierto peliazul que estaba solo en la camilla y sin nadie que lo retire ya que su familia vivía en Daegu

- Papás - Habló Nochu - ¿Podrían hacerme un favor?
Sabia que lo que iba a solicitar era exponerse pero no quería perder un minuto más lejos de su alpha y menos dejarlo solo aunque no estuviera herido.

Los papás le pusieron atención y asintieron ante el pedido.

-Se que necesitan que un mayor retire a los chicos pero este muchachito tiene la familia muy lejos y si se me permite me haré cargo de él- Dijo Nam a el medico encargado de Vante. Este no podía salir del asombro, hacía años que no hablaba con el mayor y ahora estaba siendo muy amable al ayudarlo.
El médico hizo firmar unos papeles  y le permitió al menor retirarse con el alpha Nam.
Se sentaron en el auto y con suave música de fondo Jin y su charla amena hizo sentir a los chicos más relajados. No sé pregunto nada fuera de lugar y tocaron solo por arriba sobre lo ocurrido en el ascensor.
Cuando estaban en la calle que tomaría el camino hacia la universidad donde el peliazul  creería que iría, los padres de Nochu tomaron el camino hacia un destino totalmente distinto e inesperado.
Una vez estacionados frente al edificio de 5 pisos unas llaves fueron puestas en las manos de Nochu.
Su mirada iba desde la llaves hacia su padre y de vuelta.

Un ascensor, el temblor y la oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora