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|02| PROFESSEUR

Tiempo después

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— Saque un sobresaliente. — celebra el rubio mientras sostiene su cuadro donde hay tres putas rayas. ¡TRES PUTAS RAYAS! — Me dijo que logra percibir el sentimiento de frustración y agonía. ¡Mi dolor! ¿Puedes creerlo? El profesor Todoroki ya me cae mejor que se viejo depravado.

— ¡Son tres putas líneas! —  grita el cenizo mientras tira a la basura su propio cuadro donde hay una pintura de una explosión.

— Llenas de sentimientos, bakugo.

— ¿Sentimientos? ¡Ni siquiera se trasmite nada. Es como si quisieras hacer alguna pintura que venden en esas páginas de dudosa procedencia!

— Es arte lineal, bakugo. Todoroki lo dijo en su primera clase.

— ¡Si solo hablo de tonterías! —  vuelve a decir está vez harto.

Hoy exactamente Todoroki Shoto –o el maldito Mitad-Mitad como le decía bakugo– cumplía un mes en el centro educativo impartiendo clases como cualquier otro profesor. No era risueño tampoco era muy parlanchín y nada se le pasaba. Eso sí, sus clases eran aburridas a más no poder.
Y en más de una ocasión ya lo había pillado durmiendo, pero a diferencia del viejo depravado. Todoroki no lo regañaba tampoco le pedía ir a dirección y eso aunque al inicio le agradaba ahora simplemente le creaba cierta frustración y enojo. Para su mala fortuna ni siquiera le dirigía la palabra como para que bakugo le respondiera. ¡Parecía un jodido muerto viviente!

— Te quisiera dar la razón está vez Bro, pero. Todoroki si lo mencionó solo que tú estabas durmiendo. —  volvió a hablar el Rubio mientras le daba un mordisco a su torta. — A este paso volverás a perder la materia.

—como te odió.

— Yo también te amo. —  habló el rubio y sin darse cuenta termino en el suelo debido a una patada que le había soltado el de ojos rojos en el trasero. — ¡Mi torta!

— Tendré que hablar con él.

— Deberías ir ahora. —  dice mientras levanta los restos de comida para aguardarlos en una bolsa. — creo que todavía está en el salón. No lo sé.

— Bien. Eso haré y tú ve a tu jodido club.

— nah. Hoy el profesor Kirishima se va a ausentar. Dijo que tendría no sé que cosa —  dice el rubio guardando algunas de sus pertenencias en su mochila. — Aunque es raro. Debe ser algo importante ya que incluso cuando llueve nunca falta o nos deja sin práctica.

— o solo se canso de ver tu asqueroso rostro. —  dijo mientras sacaba un paquete de galletas que el rubio acepto gustoso.