10. Las necesito conmigo

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21.08.2023

[...]
AD: Tal vez se incomodan un pocoo

—Hyuka— la voz de Hikaru llamó a su mejor amigo, quien se detuvo para girarse y sonreírles a las dos alfas de su hermana mayor acercarse a él en el estacionamiento de la institución después de haber terminado las clases.

—Bahiyyih unnie... Ella...

Hueningkai rió por la tierna manera en que Youngeun enrojecía al intentar completar la frase. —Está en celo, sí, por eso no vino hoy— por lo que la terminó por ella, sonriendo ampliamente con un deje de burla que hizo a la castaña bufar en un pequeño puchero.

Sí, Bahiyyih había entrado en celo justo el día anterior, que fue después de hablar con Hueningkai sobre la situación amorosa en la que se encontraba. Llegó de sorpresa, porque la omega mayor había estado tan ocupada tratando de no estresarse por el trabajo en la escuela y el lío con las alfas que sencillamente la habían olvidado por completo, así que cuando los intensos dolores abdominales comenzaron tuvo que quedarse en casa porque no podía ni quería moverse demasiado.

—Uhm... Pensamos que podría sentirse un poco sola estos días, así que le trajimos esto— Hikaru levantó una bolsa de plástico negra que no dejaba ver el interior, ofreciéndosela a Hueningkai, quien la tomó con una ceja alzada.

—No son dildos o algo así... ¿O sí?

Youngeun negó repetidas veces tanto con la cabeza como con las manos, su rostro coloreándose mucho más. —¡No es nada de eso! En realidad son...

—Está bien, no quiero saber— Hueningkai rió, metiendo la bolsa en su mochila —. ¿Cómo supieron que noona estaba en celo?

—Conocemos su ciclo, también podemos sentirlo y olerlo.

Y mentira no era; cuando Bahiyyih estaba por entrar en calor, comenzaba a comportarse más mimosa con las chicas, y algunas veces hasta esquiva, como esos días en que estuvo un poco más dócil en las peticiones de ambas, como aquel día en el restaurante de comida rápida; antes de ir había estado tan pegado a Hikaru jugando con su mano como una gatita curiosa. Y el día en que llevó la sudadera de Youngeun, llevó su aroma todo el día, porque así aunque no estuviera con ella podía sentirlo cerca. Ambas habían estado dudosos al principio, pero el aroma suave del caramelo parecido a la miel había estado intensificándose un poquito más durante esa semana, por lo que cada día se hacía cada vez más evidente que la mayor entraría en celo.

Sucedía que en ocasiones la misma Bahiyyih lo olvidaba por completo, pero bastaba que una de ellas preguntara inocentemente si era la semana del celo para que la mayor lo recordara. Eran tan atentos con ella que incluso llevaban inhibidores consigo por alguna emergencia. Y también eran tan exagerados que llegaban a alejarse durante ese tiempo y un par de días más hasta que la sensibilidad del calor haya pasado por completo, así no corrían el riesgo de que sucediesen accidentes como la última vez meses atrás en el celo de Hikaru.

No había sido nada de otro mundo, Youngeun fue la primera en notar el penetrante perfume de la cafeína tostada emanar excitación y actuar tan rápido como pudo cuando los sentidos de Bahiyyih se cegaron un poco a causa de ello. Así que justo en el momento en que Hikaru se abalanzó para olfatear el cuello de la omega, la castaña sostuvo a la mayor en brazos para salir corriendo dela peli negra y darle calmantes que le devolvieran la suficiente cordura para regresar a casa. Desde entonces ambas alfas tomaron la decisión de llevar supresores todo el tiempo.

—Ustedes son... Adorables— Hueningkai rió de nuevo, ganándose miradas avergonzadas—. Saben que pueden ayudarla, ¿verdad?

—No... N-no queremos hacerle daño... Por eso le damos espacio.

—Creo que a unnie le gustaría tenerlos en persona que un par de dildos.

—No son dil-

—Está bien, no tienen por qué negarlo— el omega volvió a interrumpirlas, solo porque le gustaba molestarlas y era divertido ver sus facciones arrugarse entre el bochorno y la molestia—. Pero de verdad, den una vuelta por mi casa y atiendan a noona, estoy seguro de que estará feliz de tenerlas. Todo omega desea mimos de su alfa en estos días. Mi hermana en especial se pone muy cariñosa, verán que estar con ella les ayudará mucho en su complicada relación.

Sin dejarles contestar, Hueningkai les guiñó un ojo y les envió una sonrisa sugerente antes de dar media vuelta con ayuda de sus talones y acercarse finalmente al auto de su alfa, quien se encontraba desde hacía rato esperándolo dentro. Ambas alfas menores vieron a la pareja saludarse con un beso y agitar sus manos después para irse, dejándolas a ambas en el estacionamiento con las palabras del omega en sus cabezas. Hikaru fue la primera en mirar a la castaña, quien tenía una mueca preocupada que fruncía sus cejas y aplanaban sus labios.

—¿Crees que deberíamos ir?— Seo preguntó en un murmuro, visiblemente nerviosa. Y eso no hizo más que enternecer a la mayor entre las dos, quien rodeó sus hombros y la acercó a su cuerpo para empezar a caminar hacia la salida del lugar.

—Tal vez... Aunque siendo honesta me da un poco de miedo.

Seo suspiró, sintiendo a Ezaki sostener su mano derecha para entrelazar sus dedos y darle un pequeño apretón para darse apoyo mutuamente, sus ojos encontrándose. Ambas lobas estaban ansiosas, preocupadas también por la sensación extraña de sentirse llamadas por la omega de la que estaban enamoradas.

Si iban, no había vuelta atrás.

[...]

Hueningkai tocó la puerta de la habitación de su hermana mayor, ignorando los bajos gemidos que se escuchaban para después abrirla. No se sorprendió de encontrarla boca abajo en su cama y el trasero alzado, el rostro pegado a la almohada y con un juguete sexual entre sus nalgas que ella misma hacía mover.

—Ten un poco de pudor y cierra la puerta con seguro la próxima vez— le regañó cuando obtuvo su atención, la omega mayor le gruñó mientras detenía la mano que hacía mecer el dildo, para después sentarse sobre este en el colchón —. Tus alfas te envían esto.

Le lanzó la bolsa negra que fue atrapada torpemente al estar un poquito ida debido al calor en su cuerpo, Bahiyyih ofalteó antes de abrirla y gimió cuando sacó de ella dos camisetas empapadas del olor de sus alfas. Llevó ambas a la nariz, jadeando satisfecha cuando el olor la envolvió, y después se recostó abrazado a las prendas para restregar su mejilla contra la tela como una gatita en busca de mimos.

—Maldita sea, las necesito conmigo— lloriqueó, escuchando el bufido de su hermano menor—. ¿Por qué no les dijiste que vinieran? Alfas buenas para nada, en vez de estar aquí me mandan esto.

—Lo hice.... No sé realmente si vendrán, pero por si las dudas yo me iré con Soobin hyung.

Bahiyyih volvió a sollozar, sintiendo a su omega retorcerse inquieta por el olor a alfa que le estaba nublando todavía más los sentidos. Ignoró el sonido de la puerta cerrarse cuando Hueningkai abandonó la habitación y se concentró en intentar envolverse todo lo posible con sus perfumes. Cerró los ojos, imaginando que estaban ahí, que ambos le dedicaban esas sonrisas lindas y acariciaban con sus grandes manos para calmar el infernal dolor en su vientre, imaginó también que su cuerpo era llenado por sus besitos dulces, y lloriqueó más. Podía sentir sus ojos humedecerse porque se sentía débil, porque ansiaba tenerlos a ambos con él para sentirse en paz. Porque los quería a los dos en esos momentos y par de idiotas no estaban ahí.

—Alfas inútiles— murmuró con voz ronca, sonriendo después al sentir la tela de sus prendas en su rostro y pecho descubierto—, pero son tan lindas...

Un gemido adolorido escapó de su garganta cuando otro calambre le recorrió. Tontas, tontas alfas.

𝐂𝐀𝐏𝐏𝐔𝐂𝐂𝐈𝐍𝐎 𝐂𝐀𝐍𝐃𝐘  ' EHK + SYE + HBHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora