Capítulo 6

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Después de la conversación tensa con Cassandra y el encuentro con Eugene, mis emociones seguían en conflicto. Me sentía abrumada por la mezcla de celos, confusión y tristeza que se habían apoderado de mí. Sabía que tenía que afrontar mis sentimientos de frente, así que decidí hablar con Eugene.

Encontré a Eugene en el patio del castillo, contemplando el atardecer con expresión pensativa. Me acerqué a él, nerviosa pero decidida a hablar sobre lo que había ocurrido.

"Eugene, necesitamos hablar", le dije con voz firme.

Se giró hacia mí, su mirada llena de curiosidad. "Claro, Rapunzel. ¿Qué pasa?"

Respiré hondo antes de comenzar. "Lo que quiero decir es... Eugene, aprecio mucho tu amistad y lo que compartimos. Pero después de lo que has dicho, necesito aclarar mis sentimientos."

Eugene asintió comprensivamente, su expresión seria pero amable.

"Sé que hemos compartido mucho y que somos cercanos", continué. "Pero lo que siento por ti es un profundo cariño, una conexión como amigos. No siento algo más allá de eso."

Vi en sus ojos una mezcla de comprensión, dolor y aceptación. "Rapunzel, entiendo lo que dices. Y quiero que sepas que valoro nuestra amistad, sin importar lo que pase."

Sus palabras me aliviaron, pero todavía podía sentir un nudo en mi estómago. "Eugene, eres como un hermano para mí. Quiero que eso quede claro."

Una sonrisa suave se formó en los labios de Eugene. "Rapunzel, estoy bien con eso. Sabía que esto podría pasar, y quería que sepas que siempre estaré aquí para ti, sin importar las circunstancias."

Sentí un peso levantarse de mis hombros mientras escuchaba sus palabras. Sabía que mi relación con Eugene no cambiaría, y estaba agradecida por eso.

De repente, Eugene rió suavemente, como si hubiera recordado algo. "Sabes, Rapunzel, mientras hablábamos, no pude evitar notar algo."

Lo miré con curiosidad. "¿Qué notaste?"

Eugene inclinó la cabeza con complicidad. "Tu amiga Cassandra tiene una manera muy interesante de mirarte. He visto esa mirada antes, cuando alguien siente algo más que amistad."

Mis ojos se abrieron con sorpresa. "¿Qué? No entiendo a qué te refieres."

Eugene solo sonrió enigmáticamente. "Solo piénsalo, Rapunzel. A veces, las respuestas están justo frente a nosotros."

Antes de que pudiera responder, Eugene se alejó con una mirada de despedida. "Voy a dar un paseo. Tómate el tiempo que necesites para aclarar tus pensamientos. Y recuerda, estoy aquí si necesitas hablar."

Lo observé alejarse, sintiendo una mezcla de emociones. La conversación con Eugene había sido liberadora, y su comprensión me había sorprendido. Pero también estaba desconcertada por sus comentarios sobre Cassandra. ¿Qué quiso decir con eso?

Miré hacia el horizonte, dejando que los últimos rayos de sol acariciaran mi rostro. Sabía que tenía mucho en qué pensar y mucho que resolver. Mis emociones seguían siendo un torbellino, pero estaba decidida a enfrentarlas y encontrar una forma de seguir adelante, sin importar lo que el futuro tuviera reservado.

Unos días después

Después de las conversaciones con Cassandra y Eugene, mi corazón seguía en proceso de sanación. Las emociones turbulentas que habían estado acosándome comenzaban a ceder, dejando espacio para la reflexión y el crecimiento. Sabía que había mucho por descubrir y entender sobre mí misma y las relaciones que compartía con las personas que más me importaban.

Los días pasaban, y Cassandra y yo continuábamos explorando el reino juntas. Aunque nuestras conversaciones no eran las mismas que antes, podía sentir que nuestra amistad seguía siendo sólida. Estábamos encontrando un nuevo equilibrio, uno en el que nuestras diferencias y emociones podían coexistir.

Un día, mientras paseábamos por un campo lleno de flores silvestres, Cassandra me miró con un atisbo de su sonrisa característica. "Rapunzel, quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, sin importar lo que pase."

Le devolví la sonrisa, sintiendo una oleada de gratitud. "Lo sé, Cassandra. Nuestra amistad significa mucho para mí."

Continuamos caminando en silencio por un tiempo, disfrutando de la belleza del paisaje y la compañía del otro. Sabía que había mucho que todavía teníamos que resolver y explorar, pero también sabía que nuestra amistad era lo suficientemente fuerte como para enfrentar cualquier desafío.

Poco a poco, las tensiones que habían estado presentes comenzaron a disiparse. Nuestras risas y conversaciones volvieron a ser fluidas, y pude sentir que la normalidad estaba regresando a nuestras vidas. Aunque los desafíos seguían presentes, habíamos aprendido a enfrentarlos juntas y a apoyarnos mutuamente en cada paso del camino.

Un día, mientras estábamos en el castillo, recibimos una invitación para asistir a un festival en un pueblo cercano. El festival prometía ser una celebración llena de alegría, música y comida deliciosa. Era la oportunidad perfecta para alejarnos de nuestras preocupaciones y simplemente disfrutar del presente.
El día del festival llegó, y Cassandra y yo nos vestimos con atuendos festivos antes de dirigirnos al pueblo. La atmósfera estaba llena de emoción y diversión, y pronto nos encontramos sumergidas en las actividades del día. Bailamos al ritmo de la música, probamos bocados deliciosos y exploramos las coloridas ferias.

Mientras caminábamos por el mercado, nos encontramos con Kiera nuevamente. Su mirada se encontró con la mía con una sonrisa cómplice, y supe que había algo más que quería decirme.

"Rapunzel, Cassandra, ¡qué sorpresa verlas aquí!" exclamó Kiera con entusiasmo.

Nos abrazamos y compartimos risas mientras intercambiábamos historias. Pero pronto, Kiera me miró con una expresión significativa.

"Rapunzel, hay algo que quiero decirte", comenzó, su mirada brillante.

La miré con curiosidad. "¿Qué pasa, Kiera?"

Ella sonrió suavemente. "He estado observando cómo has estado lidiando con las cosas, y solo quiero que sepas que... te apoyo. Sea lo que sea que decidas, estoy aquí para ti."

Mi corazón se llenó de gratitud mientras miraba a Kiera. A pesar de nuestras diferencias y tensiones anteriores, ella seguía siendo una amiga valiosa y comprensiva.

"Gracias, Kiera. Significa mucho para mí", le dije con sinceridad.

El día continuó con risas y alegría mientras disfrutábamos de todas las maravillas que el festival tenía para ofrecer. A medida que el sol se ponía y las luces brillantes del festival comenzaban a iluminar la noche, sentí una sensación de esperanza y renovación en mi interior.

A pesar de los desafíos y los altibajos, nuestra amistad y nuestras relaciones seguían creciendo y evolucionando. Sabía que la vida nunca sería perfecta, pero también sabía que tenía a personas maravillosas a mi lado para enfrentar cualquier obstáculo que se presentara.

𝘽𝙡𝙤𝙣𝙙𝙚 - 𝘾𝙖𝙨𝙨𝙪𝙣𝙯𝙚𝙡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora